(Fotos: Vicky Cristina Barcelona)
A casi nadie con los que he hablado le ha gustado especialmente. No sé si tal vez por comparación con la anterior y extensa obra de Allen, que es óptima casi en su totalidad.
De esta película había oído hablar mucho, pero siempre en el contexto de la ciudad, el director y el trío de actores-estrella. Pero fijaos, a mí una de las tramas "ramificadas" de la principal me ha tocado. No me refiero, claro, al triángulo que forman Johansson-Bardem-Cruz.
Me refiero al papel de Vicky, interpretado por la para mí desconocida (hasta anoche) Rebecca Hall. Un personaje que no me esperaba, sinceramente, y del que ni siquiera tenía referencias, aunque leo hoy que fue nominada a los Globos de oro por este papel.
Yo -siguiendo con mi tendencia a fijarme en los que pasan más desapercibidos (me pregunto por qué haré eso :P)-, me fijé especialmente en ella, para mí quien realmente vive la historia y a quien realmente suceden cosas.
Sin destripar la peli explico brevemente que a dos semanas de su boda siente peligrar la certeza que hasta ese momento creía tener con su prometido al cruzarse otro hombre en su vida, que la seduce, la marea y la enamora.
He tocado esto por encima en otras ocasiones (aquí o aquí), y me da la impresión de que puede resultar un tema incómodo para mucha gente, porque en principio parece ser incompatible el estar enamorado de una persona y sentir atracción por otra.
También he hablado de ello con algunas personas, sobre todo mujeres. Más o menos todas se aferran a la seguridad y el cariño que proporciona la estabilidad conyugal. Que es más fácil decir eso está claro, aunque prefieran o preferirían relacionarse con otros hombres más horas al día de las que dedican a sus maridos...
En muchas ocasiones noto vendas en sus ojos, en otras veo vidas encarceladas pero resignadas, incluso felizmente resignadas. Una vez me preguntaron al respecto de una decisión que tomé cuando me sucedió a mí:
- "¿Te ha valido la pena?"
Yo respondí que claro que sí. La primera señal de respeto es hacia uno mismo; si queremos ser coherentes con nuestra vida no debemos engañarnos, y menos disfrazar la resignación y el tedio adornándolos con palabras de autoconsuelo que ni nosotros mismos nos creemos cuando las decimos.
Ahora voy a seguir desde la suposición. Voy a creer lo que dicen esas personas, que se sienten enamoradas de una sola persona pero al mismo tiempo notan cómo un imán las empuja hacia otra casi sin querer.
¿Es posible querer a dos personas a la vez... y no estar loco? Me aprovecho de la coplilla popular. ¿Puede el cerebro dividir sus sentimientos entre dos? ¿o que uno sea la pasión y otro la razón? o que uno sea meramente platónico e intelectual y el otro físico, terrenal, brutal?
¿Os ha pasado? ¿qué hicisteis en ese caso? ¿decidió la razón... o el corazón?
Canta Aute:
De esta película había oído hablar mucho, pero siempre en el contexto de la ciudad, el director y el trío de actores-estrella. Pero fijaos, a mí una de las tramas "ramificadas" de la principal me ha tocado. No me refiero, claro, al triángulo que forman Johansson-Bardem-Cruz.
Me refiero al papel de Vicky, interpretado por la para mí desconocida (hasta anoche) Rebecca Hall. Un personaje que no me esperaba, sinceramente, y del que ni siquiera tenía referencias, aunque leo hoy que fue nominada a los Globos de oro por este papel.
Yo -siguiendo con mi tendencia a fijarme en los que pasan más desapercibidos (me pregunto por qué haré eso :P)-, me fijé especialmente en ella, para mí quien realmente vive la historia y a quien realmente suceden cosas.
Sin destripar la peli explico brevemente que a dos semanas de su boda siente peligrar la certeza que hasta ese momento creía tener con su prometido al cruzarse otro hombre en su vida, que la seduce, la marea y la enamora.
He tocado esto por encima en otras ocasiones (aquí o aquí), y me da la impresión de que puede resultar un tema incómodo para mucha gente, porque en principio parece ser incompatible el estar enamorado de una persona y sentir atracción por otra.
También he hablado de ello con algunas personas, sobre todo mujeres. Más o menos todas se aferran a la seguridad y el cariño que proporciona la estabilidad conyugal. Que es más fácil decir eso está claro, aunque prefieran o preferirían relacionarse con otros hombres más horas al día de las que dedican a sus maridos...
En muchas ocasiones noto vendas en sus ojos, en otras veo vidas encarceladas pero resignadas, incluso felizmente resignadas. Una vez me preguntaron al respecto de una decisión que tomé cuando me sucedió a mí:
- "¿Te ha valido la pena?"
Yo respondí que claro que sí. La primera señal de respeto es hacia uno mismo; si queremos ser coherentes con nuestra vida no debemos engañarnos, y menos disfrazar la resignación y el tedio adornándolos con palabras de autoconsuelo que ni nosotros mismos nos creemos cuando las decimos.
Ahora voy a seguir desde la suposición. Voy a creer lo que dicen esas personas, que se sienten enamoradas de una sola persona pero al mismo tiempo notan cómo un imán las empuja hacia otra casi sin querer.
¿Es posible querer a dos personas a la vez... y no estar loco? Me aprovecho de la coplilla popular. ¿Puede el cerebro dividir sus sentimientos entre dos? ¿o que uno sea la pasión y otro la razón? o que uno sea meramente platónico e intelectual y el otro físico, terrenal, brutal?
¿Os ha pasado? ¿qué hicisteis en ese caso? ¿decidió la razón... o el corazón?
Canta Aute:
No sabes el dilema que me crea pasar de todo y no decir ni mu
por eso estoy aquí, maldita sea, plantando cara como harías tú
Lo que sucede es que me he enamorado, como el perfecto estúpido que soy
de la mujer que tienes a tu lado, encájame el directo que te doy
Una de dos, o me llevo esa mujer
o entre los tres nos organizamos
si puede ser
(...)
Que esa mujer me quiera no es tan raro
si piensas que a ti te quiere también
lo más terrible es que lo ve muy claro,
pretende no perderse ningún tren