miércoles, 23 de mayo de 2012

Ya viene el sol



Metámonos en nuestro mar, toquémonos los pies, serpenteemos el monte, hagámonos trenzas, empecemos a querernos. Los días en la cueva acompañados de nuestras sombras ya van siendo pasado, se pierden, ya casi desaparecen. Acompasémonos con las estaciones, pero sin vuelta atrás. Quedémonos con la luz. Para siempre.

(Caught a long wind, Feist)



miércoles, 16 de mayo de 2012

A quien quiera recordarme


(Foto tomada por un amigo)


El chico de secano se acercó por fin al mar; con la carita de sorpresa de un chiquillo, boquiabierto :O.

Ese día yo no era un ser humano. Unos días antes me transformé en papel sin darme cuenta, mientras roncaba -ni idea de que lo hacía- Fue como la noche en que me cayeron todos los sueños con mis dientes, o los dientes en mis sueños, y el surrealismo salió de mi vida. Otro clic más.

Qué frágil el papel; no necesita ácidos para disolverse. Solamente agua. Parece seguir viviendo mientras lo vemos flotar, e incluso embellece al irse muriendo porque del blanco suele pasar a un gris tenue y agradable. Aparte, la tinta mojada difumina las letras de manera artística y las palabras se hacen anchas. Todo el proceso parece grandioso, pero el final es que el papel termina yéndose. Y ya no vive más...

Pero alguien puede recogerlo a medio morir y  tenderlo al sol. Salvarlo. O, como esa vez, que una desconocida lo meta en una botella, y otra persona lo encuentre agazapado en su contenedor, una coraza de vidrio transparente y dura, y saque lo alegre y triste que vive en la mayoría de cabezas. Ayudar a sacar cosas.

Todo está bien pues :)

PD: ¡gracias por inspirar esta "historia"!


jueves, 3 de mayo de 2012

Como el lenguaje de las olas


N cantaba al hablar, musicando sus pensamientos. En un dibujo hubiese sido una cabeza con pelo rizado alborotado soplando notas musicales por su boca.

Disfrutaba al escucharme contar las historias de naufragios ingleses que un tiempo fueron de veras, y pasear junto a mi personita ladeando la orilla en meses fríos -el llenguatge de les ones és d'entendre universal-. Con él aumentaba de estatura algo así como cinco cariñosos centímetros. Exactos.

El tercer día de mayo del año en que proféticamente terminaban mundos e historias, oí que mi amor era distinto al que podían dar las demás, que no estaba contaminado. Porque yo no era capaz de contaminar algo tan puro. En una jornada de problemas grandes y pequeños, esas letras juntas rebotaron en mi conciencia. Hasta ese momento nunca había asociado los conceptos de amor y suciedad. A partir de ya los asociaría siempre.

Todo era fácil... solamente palabras, cosidas artesanalmente. Y obraban magia si eran dichas con plena sinceridad: "- no me digas cositas así, que me da vergüenza"- Sin cursiladas... sin contaminación.