viernes, 31 de diciembre de 2010

The best is yet to come


Solo cerrando algunos círculos vamos redondeando la vida. Tiene que ver, y qué cosas,  lo primero suena triste, y lo segundo, sumamente alegre. Una vez traté de explicarle a un amigo por qué el círculo simbolizaba la perfección. Él, como siempre :P, trató de que se lo demostrara con datos científicos, que yo, como siempre también, desconocía.

Solo sé que es así, no me preguntéis por qué. Me consta. Que un círculo a medio cerrar es vicioso, y sin embargo, cuando ha tenido un buen clic, pasa a ser virtuoso. Y se sienta uno ante una taza de té -verde o rojo-, y puede empezar a narrar su vida sin que en ninguna parte de la historia un molesto nudo impida seguir hablando y ahogue. Fluyen las palabras, las anécdotas, las experiencias, las risas y las emociones. Ciertos hechos no han hecho más que completar y adornar el conjunto de nuestra vida. Porque una vida llana y tranquila no se aprecia si no se ha probado la otra: la que duele quizás, la excitante. Lo bueno es contarlo.

Lo mejor está por venir :)

6 comentarios:

  1. Me apunto a "lo mejor está por venir", pero "cerrar círculos" como teoría está bien, solo que responde al impulso de querer tener todo controlado y no siempre es así. No somos tan poderosos y la vida te deja cabos sueltos que unas veces retomas y otras símplemente no tienes más remedio que dejarlo correr.

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  2. No estoy de acuerdo en lo de "tener todo controlado"; puede que eso sea lo que impulsa a alguna gente, pero no a mí, nada que ver.
    Yo lo veo más como una especie de reconciliación con nuestro pasado y, por extensión, con lo que somos, con nosotros mismos, al fin y al cabo la consecuencia de todo lo vivido hasta hace un minuto.

    En el taller al que fui hace seis años nos hablaron de completar, y para afinar más, de completar relaciones, que al fin y al cabo son posiblemente los únicos hechos "no-dramáticos" que nos influyen hasta el punto a veces de ponernos una coraza, o un corazón (nada que ver con el órgano bombeante :P).

    Personalmente cada vez confío menos en los cabos sueltos y más en la buena memoria; menos en los finales felices y más en la realidad. Justo ayer pensé en una frase que leí: "hay un momento en que te das cuenta de que la gente que conoces pasa a ser solamente gente que conociste", y tú me conoces, hace tiempo que me lees y sabes que luché siempre contra esa sensación de olvido con todas mis fuerzas. Pero solo hasta que me di cuenta de que precisamente no se puede controlar todo, y todos tiramos en direcciones distintas, haciendo muy muy difícil volver a coincidir. En el mejor de los casos coincides, sí, puede, o escribes y te responden, pero ¿qué es eso? un feedback puntual, una pura anécdota, porque las emociones y sentimientos se enfrían y de qué manera. Es desesperanzador con heridas recientes y todavía calientes, pero esperanzador mirando más allá y viendo que todo todo pasa y hay que abrir otras puertas a la vida y a todo. Es lo que siento en estos momentos, y solo existen estos momentos, no hay más.

    Perdón por el tocho y feliz año :D

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  3. El tocho es bonito y se entiende, disculpada quedas ;)

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  4. Pues a mi esta entrada me ha dejado con la sensación de haber empezado a leer una novela o una historia o como cada uno lo quiera llamar, de las que te enganchan y te descubren algo bonito. No se si tiene algo que ver pero es el poso que me ha dejado, el de quedarme con ganas de seguir leyendo y por otro lado el de haberle dado alas a mi imaginación para yo mismo ponerle continuación con toda mi prehistoria.
    Por otro lado comparto lo del círculo como perfección si bien también comparto el círculo abierto que se representa en el zen como símbolo de la perfección, de hecho a mi ese círculo abierto me da más aire que el círculo cerrado, quizás porque deja visible ese principio de incertidumbre que la vida tiene.

    Besos.

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  5. Hola, Sâddha! qué alegría, de verdad. Como que dejamos el mundo de los blogs todos a la vez, ¿cierto? leerte de nuevo aquí me ha dado una alegría enorme, puedes creerme.

    En cuanto a dejar cosas abiertas... puede darse el caso de crear en cierto modo (si se da el caso) satisfacción inmediata y frustración a largo plazo. Sería como ir despellejando un dedo poco a poco. Mejor de un tajo, ¿no? dolerá más, pero también cicatrizará antes. El reseteo está bien una o dos veces, pero si se mantiene esa necesidad... obviamente existe un problema.

    Parece ser contradictorio con lo de vivir al día, y es la lucha imagino que todos tenemos: Hoy quiero hacer lo que realmente me apetece, solamente dejarme llevar, sin más miras que el momento presente. Lo que tenga que venir, vendrá. Pero somos personas con memoria y aunque no sepamos su duración, existirá el futuro: debo ser emocionalmente inteligente, sutilmente egoísta y, sobre todo, no dejar que las opiniones de otros afecten mi autoestima. Son opiniones, no dogmas, y a pesar de todo me gusto y me quiero, es lo que me debo.

    Encantada de "verte", de verdad. Besitos

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  6. Solo puedo añadirte, amen. Hago acopio de tus palabras y me las hecho al morral de mi experiencia vital para tomarlas cual fármaco homeopático para los momentos de vértigo existencial.
    A ver si soy capaz de ir poniéndole fonemas a todos los pensamientos que pululan por mi coco y empiezo a vociferar de nuevo en el blog.

    Besos.
    Es un gusto leerte.

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