Hace poco coincidí con unas amigas de siempre que viven lejos y ya no son de siempre, sino que se han transformado en antiguas amigas, que no viene a ser lo mismo que viejas amigas...
Me comentaron que van pronto a Barcelona a ver a los U2. No sé si me estaban animando a ir con ellas o si sólamente me lo estaban contando. Ahí radica la diferencia entre la antigua confianza y la nueva, porque no supe captar el sentido de ese trozo de conversación. Y yo tengo un problema -quizás no sea un problema, aunque a mí me lo parezca-, y es que no doy nada por supuesto (sobre todo si es bueno). Quizás los árboles me impidan ver el bosque, o quizás es que esos árboles han crecido ya demasiado y el bosque sea imposible de ver. Entonces me vuelvo como tonta, no sé, y prefiero quedarme sin preguntar por temor a llevarme un chasco que pensar que me están diciendo subliminalmente que me vaya con ellas, que les apetece compartir esa experiencia conmigo. En esas ocasiones necesito palabras claras, precisas, no pistas ni señales que me veo incapaz de intuir, quizás por desengaños sufridos, quizás por poca confianza -primeramente en mí, después en las intenciones de la otra gente conmigo-.
Este pensamiento sobre esa hipotética "invitación" a ese concierto me estuvo haciendo pensar en la música. Nunca pude vivir sin ella, y recuerdo mis primeras incursiones en el inglés leyendo y traduciéndome las letras del Born in the USA de Springsteen, allá por 1984-85. Y cómo un año después gasté mis 1400 pesetas ahorradas de la época en comprarme un cassette de Pretenders -que llevaba letras de canciones también-, sin ser un grupo que me entusiasmara, sólamente por poder leer lo que esa voz tan chula cantaba en esa lengua que empezaba a gustarme tanto tanto.
Más tarde pensé que mis mitos de juventud habían ido pasando por ciudades más o menos cercanas a mi aldea, y que siempre lo fui posponiendo esperando visitas futuras. Y muchos de esos grupos se disolvieron, perdiendo (¿para siempre?) la oportunidad de disfrutarlos y hacerme sentir esa emoción que siente mucha gente junta haciendo algo que les gusta muchísimo.
No mataría por ir a ver a U2 en Barcelona, y mira que me gustan (más en sus primeros discos, todo hay que decirlo). Pero em pixaria de gust (mejor no traduzco esta expresión tan valenciana :P), si pudiera ver tres conciertos. Uno sería un sueño, una espinita quitada, una ilusión tremenda, aunque tuviera que irme lejos dejando empantanada mi vida y empantanándosela a los que me rodean -colocando al niño, pidiendo sábado libre en el trabajo-. Sería ver (ya de una vez) a El Último de la Fila. Muchos se han reunido después de mucho tiempo ¿no? ("el nuestro no es un amor perfecto, pero tampoco los ángeles tienen hélices..."):
Me comentaron que van pronto a Barcelona a ver a los U2. No sé si me estaban animando a ir con ellas o si sólamente me lo estaban contando. Ahí radica la diferencia entre la antigua confianza y la nueva, porque no supe captar el sentido de ese trozo de conversación. Y yo tengo un problema -quizás no sea un problema, aunque a mí me lo parezca-, y es que no doy nada por supuesto (sobre todo si es bueno). Quizás los árboles me impidan ver el bosque, o quizás es que esos árboles han crecido ya demasiado y el bosque sea imposible de ver. Entonces me vuelvo como tonta, no sé, y prefiero quedarme sin preguntar por temor a llevarme un chasco que pensar que me están diciendo subliminalmente que me vaya con ellas, que les apetece compartir esa experiencia conmigo. En esas ocasiones necesito palabras claras, precisas, no pistas ni señales que me veo incapaz de intuir, quizás por desengaños sufridos, quizás por poca confianza -primeramente en mí, después en las intenciones de la otra gente conmigo-.
Este pensamiento sobre esa hipotética "invitación" a ese concierto me estuvo haciendo pensar en la música. Nunca pude vivir sin ella, y recuerdo mis primeras incursiones en el inglés leyendo y traduciéndome las letras del Born in the USA de Springsteen, allá por 1984-85. Y cómo un año después gasté mis 1400 pesetas ahorradas de la época en comprarme un cassette de Pretenders -que llevaba letras de canciones también-, sin ser un grupo que me entusiasmara, sólamente por poder leer lo que esa voz tan chula cantaba en esa lengua que empezaba a gustarme tanto tanto.
Más tarde pensé que mis mitos de juventud habían ido pasando por ciudades más o menos cercanas a mi aldea, y que siempre lo fui posponiendo esperando visitas futuras. Y muchos de esos grupos se disolvieron, perdiendo (¿para siempre?) la oportunidad de disfrutarlos y hacerme sentir esa emoción que siente mucha gente junta haciendo algo que les gusta muchísimo.
No mataría por ir a ver a U2 en Barcelona, y mira que me gustan (más en sus primeros discos, todo hay que decirlo). Pero em pixaria de gust (mejor no traduzco esta expresión tan valenciana :P), si pudiera ver tres conciertos. Uno sería un sueño, una espinita quitada, una ilusión tremenda, aunque tuviera que irme lejos dejando empantanada mi vida y empantanándosela a los que me rodean -colocando al niño, pidiendo sábado libre en el trabajo-. Sería ver (ya de una vez) a El Último de la Fila. Muchos se han reunido después de mucho tiempo ¿no? ("el nuestro no es un amor perfecto, pero tampoco los ángeles tienen hélices..."):
El otro, más factible, será escuchar (alguna vez, donde sea, cueste lo que cueste), a Silvio Rodríguez ("yo que no soy bueno me puse a llorar..."):
Ya aterrizo, ya aterrizo :$... Y digo yo, ¿estaría mal ir a ver algún día a Amaral? ("la tierra gira... cuando nos vayamos seguirá girando"):
Uy, esa sensación de llegar tarde a casi todos los momentos, de ser, precisamente, el último de la fila. Recuerdo abandonar octavo de EGB con rabia porque en el centro iban a inaugurar al año siguiente un nuevo pabellón o no poder quedarme a ver las Pesadillas en Elm Street porque todavía era demasiado pequeño. Yo escuché canciones en directo de El último de la fila ya cuando las cantaba Manolo García en solitario y me digo el "algún día" cada vez que me entero de un nuevo concierto de Radiohead; U2 me gusta y mucho pero desde hace un par de discos he perdido el interés. Supongo que, como dices, ya no son los de siempre ni siquiera es el viejo grupo U2: creo que simplemente me quedo con el antiguo.
ResponderEliminar¡Cierto! tuve una profesora buenísima de inglés en 2º y 3º de BUP. Era escocesa y se llamaba Julie MacLucas. Siempre me decía: "tienes que ir, tienes que ir", pero en mi casa nunca sobró el dinero y me conformaba con ver pelis británicas y escuchar música de allí. Me daba rabia tremenda que las pijas de turno marcharan todos los veranos a Irlanda, porque no lo contaban con entusiasmo, no las veías contentas ni agradecidas por ello :(. Pues bien, todo este rollo... el año que empecé COU, los de 3º empezaron a beneficiarse de becas de secundaria para ir un mes al Reino Unido. Entonces hubiera dado un ojo de la cara por poder ir yo.
ResponderEliminarBueno, me resarcí unos años más tarde, pero ir a currar no es lo mismo que ir a estudiar. En fin.
A Manolo lo ví hace tres veranos y sólamente cantó "Sara". Las amigas con las que fuí, que son fanáticas, no cesaron de recordarme la de veces que habían actuado El Último cerca de mi pueblo, y que no fuí por dejarlo para mejor ocasión. Sal en la herida, hay que joderse :P
Y sobre U2, es que no hay color, la frescura del "Boy" es irrepetible.
B7s
Bueno, si al final es una invitación y te dejas caer por bcna... da un toque ;)
ResponderEliminarAmaral y Silvio han caído en mi saca. Si puedes ver a Silvio no lo dudes, no decepciona.
ResponderEliminarBiquiños miña!!!
Pues yo me quedé con las gaas de ir a unconcierto de Nirvana... :_(
ResponderEliminarA veces hay malos entendidos... a mi me pasa a veces en la conversación escrita, donde no capto el tono, pero yo prefiero preguntarlo directamente a quedarme pensandoque no quieren llevarme al concierto, por ejemplo... :)
Y... oh! Si tienes un enlace al blog de E. Punsent!!! Es él de verdad??? Voy a darme una vuelta por ahí.
Besos!
Lady, si tengo que ser sincera sincerísima, a día de hoy, si fuera a Barna, creo que a la única persona a la que se lo haría saber para encontrarnos sería a tí. A ver si te arrepientes de haber dicho eso... (ninja)
ResponderEliminarMaru: qué tía!! las hay con suerte, joooo
Cris: deja, deja, las conversaciones escritas cada vez me producen más desasosiego :(... En cuanto a lo que has comentado de preguntar,¡¡ yo lo hago!!, peeero en contadas ocasiones. En las que no, es que me la repanpinfla y ni me caliento la cabeza, por eso en este caso que comenté solo me sirvió para inspirar una entrada de blog ;)
Pues yo solo he cumplido un tercio de tus conciertos soñados, y para eso no he visto a Amaral en concierto, pero si a Eva Amaral...
ResponderEliminarHace cuatro años, durante los conciertos del Nuevo Milenio en Santiago (que reunieron durante tres dias a grupos tan interesantes como The Cure, Iggy Pop, Bob Dylan, The Corrs, Muse, Lou Reed, entre otros)uno de los interpretes, un australiano loco que era un hombre orquesta, llegaba tarde debido a un retraso en el avion. Lo que en principio hubiese debido acabar con un "lo sentimos, gente, el primer artista no ha podido llegar, esperamos a la hora prevista para que pase el siguiente" se convirtio en la oportunidad para que los organizadores le pidiesen a Eva Amaral, que estaba entre el publico para ver su unico concierto de Dylan desde el lado del publico, ya que ese verano estuvo teloneando a Bob en su gira española, y siempre lo escuchaba desde la parte de atras del escenario, que pofavorpofavoporfavor tocase algunas canciones mientras no llegaba el australiano loco.
Y asi fue como Eva Amaral se nos arranco con algunas canciones de su conocida formacion y algunas de su propia cosecha, hasta que el australiano llego y llevo a cabo su actuacion normalmente.
Ahi se lo curraron los organizadores, pero mucho.
Un bico e unha aperta para todos.