domingo, 7 de febrero de 2010

Dos ríen juntos


 - Hey, qué risas...
- Pozí.
- Míranos, antes cabalgábamos juntos, ahora ... reímos juntos.
- Sí, pero mira, creo que esto es mucho mejor...
- ¿Qué debió pasar?
- No sé, el deseo es tan delicado, va siempre tan tambaleándose, debió caerse sin más.
- Ya, también pienso eso. O tal vez no sé, fue tu olor, dejó de gustarme el olerte... o tu mirada no me aceleró infinito...
- Puede, puede que fuera eso. Recuerdo que tu voz dejó de sonarme susurrante, ya no arrastrabas tanto la s.
- Eeeen fin...

- Hey, ¿cómo te va la vida?
- Bien, bien
(...)
- Y qué, ¿cabalgas con alguien ahora?
- Sí, sí, estoy muy ilusionado, la verdad.
- Anda, qué bien. Ahora puedo decir que me alegro de veras, ha pasado el tiempo necesario... pero dime... ¿hay deseo?
- Uf, qué te voy a contar... podría decir que alcancé la plenitud...
- ... esa que tanto anhelabas, ¿cierto?
- Sí, esa. Se conjugaron todos los factores, así fue.
- Y dime, ¿reís juntos?
- Sí, sí...

- Holita, ¿qué tal?
- Bueeeeno.
- ¿Y eso?
- Nada, mejor en soledad, de vez en cuando me apetece respirar, ya tú sabes.
- Qué cosas, ahora ya encontré a mi compañero de viaje...
- Jajajaja, nunca estuvimos sincronizados, ¡qué curioso!, pero vaya que me alegro, eso siempre. Y dime, ¿te lleva al séptimo cielo?
- Sí, uf, ya lo creo. Fluimos, esa es la palabra, jeje.
- ¿Reís juntos?
- Sí, claro.

- ¡Cuánto tiempo! ¿cómo va tu vida?
- Bien... conseguí la plaza ¿sabes?
- ¡¡¡Eso es estupendo!!!
- Finalmente compré aquella casa también...
- Bueno, bueno, no te puedes quejar ¿eh?
- Ya sabes cómo somos los humanos, siempre hay algo que nos falta...
- Ya.
- Bueno, me corre algo de prisa, a ver si coincidimos de nuevo... o te llamo, o...
- Ok.

- Hola, me apetecía saber de ti, de tu vida...
- Bueno, cómo se nos echó el tiempo encima, ¿eh?
- Yo a ti te veo estupenda.
- :$
- Pensé un tiempo en ti, ¿sabes? eché bastante de menos aquellas risas...
- ¿Bastante? yo las eché muchísimo de menos, ahí te gané, je.
- Bueno, pasamos de cabalgar juntos a reír juntos. Hay una frontera ahí, un paso que cambia del todo las cosas.
- He pensado mucho en ti.
- Y yo...
- No voy a andarme con rodeos... creo que lo que de veras necesitamos los dos es... 
- ... ¿sí?
 - ... ejem... echar un buen polvo.
- Jajaja, y dime... ¿quién va a querer acostarse ahora con nosotros?

5 comentarios:

  1. Qué bueno!!

    Ha sido agridulce. Como la vida misma. Y en eso es donde encuentro su calidad: Cómo van pasando los años, y en una relación de contacto intermitente, qué bien has reflejado ese desencuentro entre los amigos- amantes/ex-amantes.
    Por un momento ha sido como una de esas pelis francesas de incomunicación, con muchos silencios clamorosos.

    Lo veo y lo leo como un relato de presencias y ausencias. De interrupciones y vacíos en un continuo.
    Eso, una completa imperfección, sin término: ¡La vida, caray! :)

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  2. Hay gente con la que te reencuentras de vez en cuando... y siempre está latente un pasado que, por otra parte, sabes que no sería buena idea repetir...
    Qué bien lo has plasmado.

    Besos!

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  3. Al final lo único claro es que nacemos y morimos. Es como un bocata en donde solo tenemos certeza de las dos rebanadas de pan, pero el relleno es toda una incógnita.

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