Más allá de todo lo que no se ve, de bruces con una afirmación certera y preciosa. Ayer hizo quince años que Carl Sagan viajó a las estrellas -sus estrellas-. Fuera incertidumbres, deseos...; estamos hechos del mismo material del que están hechas ellas. Hay algo luminoso en mí... y en ti.
No es fácil escribir sobre algo que solamente los demás podéis ver... o no ver.
¿Qué imaginas tú? la mirada... tan importante. No sé si sabré hablar a través de ella, voy a intentarlo al menos. Pero no será fácil sin derribar antes algunos muros. Mis -minúsculos ya- traumas, la contradicción ante el espejo, la actitud, la pose... Borra de mis ojos esa tristeza bella, como la describiste en el momento en que nos miramos más segundos de los que son habituales entre desconocidos.
Si algo me han enseñado los desencantos es a saberme bien o mal mirada. No sé cómo será nuestro próximo cortocircuito, porque sucede siempre: se explosiona en positivo o en negativo, pero algo estalla, se rompe.. o empieza. No tengo ya ningún rechazo ni reparo ante mi cuerpo, espero que tú tampoco lo tengas, ni que te incomodes ni me hagas sentir incómoda a mí. Nunca más. Serás una vía para que yo me deslice, con suavidad, y puede realmente resultar algo placentero, bello y deseado.
Me di cuenta hace ya tres años de que se plasmaba solamente aquello que veía el que enfoca y dispara. De ahí las sorpresas -agradables sorpresas-, y las subidas de autoestima -sin pasarse-, y el sentirse bien, y el proyectar ese sentir, y y...
Podría sobrar el color, o jugar a magnificar los míos naturales. Pueden resultarte agradables, al menos son cálidos y armoniosos, sin contrastes.
Empezar las cosas al revés tiene su punto.Y hubo algo mágico en que nuestros duendecillos comunes nos acompañaran ese rato raro pero bonito.
Fue un bálsamo para mí el modo en que me miraste, pese a ser un despojo triste en esa madrugada de viernes a sábado improvisada, fría, húmeda y loca. Unas horas antes había implorado cariño y un abrazo de forma totalmente humillante... Me fue negado, y en cambio tú te ofreciste a mí sin conocerme...
¿Te animas a cavar conmigo? puede que nos encontremos...
Si algo me han enseñado los desencantos es a saberme bien o mal mirada. No sé cómo será nuestro próximo cortocircuito, porque sucede siempre: se explosiona en positivo o en negativo, pero algo estalla, se rompe.. o empieza. No tengo ya ningún rechazo ni reparo ante mi cuerpo, espero que tú tampoco lo tengas, ni que te incomodes ni me hagas sentir incómoda a mí. Nunca más. Serás una vía para que yo me deslice, con suavidad, y puede realmente resultar algo placentero, bello y deseado.
Me di cuenta hace ya tres años de que se plasmaba solamente aquello que veía el que enfoca y dispara. De ahí las sorpresas -agradables sorpresas-, y las subidas de autoestima -sin pasarse-, y el sentirse bien, y el proyectar ese sentir, y y...
Podría sobrar el color, o jugar a magnificar los míos naturales. Pueden resultarte agradables, al menos son cálidos y armoniosos, sin contrastes.
Empezar las cosas al revés tiene su punto.Y hubo algo mágico en que nuestros duendecillos comunes nos acompañaran ese rato raro pero bonito.
Fue un bálsamo para mí el modo en que me miraste, pese a ser un despojo triste en esa madrugada de viernes a sábado improvisada, fría, húmeda y loca. Unas horas antes había implorado cariño y un abrazo de forma totalmente humillante... Me fue negado, y en cambio tú te ofreciste a mí sin conocerme...
¿Te animas a cavar conmigo? puede que nos encontremos...
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