Leo este artículo sobre la mentira en los niños, porque precisamente estoy pensando sobre la mentira en los adultos y no le encuentro explicación.
Busco otro artículo más general y encuentro éste. Es muy interesante, pero demasiado largo para poder resumirlo aquí.
Entro después en la web del DRAE, página de contínua consulta, ya que desde que confundí los términos de cinismo, sarcasmo e ironía voy con pies de plomo a la hora de usar determinada palabra. Destaco, entre otros términos más o menos similares los que siguen a continuación:
Mentira oficiosa: la que se dice con el fin de servir o agradar a alguien.
Embuste: mentira disfrazada con artificio.
Trola: engaño, falsedad, mentira.
Falacia: engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.
Engaño: falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre.
Bola: mentira, rumor falso o infundio, generalmente con fines políticos o de otro género.
Patraña: mentira o noticia fabulosa, de pura invención.
Camelo: simulación, fingimiento, apariencia engañosa.
Bien, todo son distintas formas de lo mismo, aunque unas llevan más maldad o mala idea que otras. Todos conocemos a fantasmas que enumeran patrañas; también -no hay más que ver el telediario, ejem- vemos la de bolas que se dicen y el uso tan exagerado que se hace de la demagogia para llegar a la gente más "ignorante", que cree a pies juntillas lo que un líder que se supone que le representa dice, sin titubear, delante de todo el mundo y encima, trajeado (¡como para no fiarse!, modo-irónico-on).
Pero lo que de verdad me preocupa es el vasto universo de las mentirijillas o mentiras piadosas (tema que salió en los comentarios de esta entrada hace poco). No les encuentro razón de ser, motivo, trellat, como decimos por aquí...
¿Qué sentido tiene decir a alguien - sin que te pregunte- que nunca harías tal o cual cosa si al cabo de unos días ese alguien te ve haciendo esa cosa? Me pregunto.
¿Por qué mentir cuando sabes que vas a ser descubierto más tarde o más pronto?
Entonces, sigo pensando y claro, una cosa lleva a la otra... atreviéndome a deducir que esas pequeñas afirmaciones falsas que se dicen pueden responder a varias causas:
- Que el interlocutor te importe un pepino y le digas eso como podrías estar diciéndole que hace sol, porque simplemente no te inspira más su presencia, y esa conversación sea mero trámite o distracción.
- Que intentes dar a entender, mediante esa trola, que nunca harás algo porque simplemente no lo harás con esa persona que te escucha, como curándote en salud. Aquí: "eso yo no lo hago nunca" equivale a decir: "eso yo no lo haré nunca contigo, entérate". En pocas palabras, que te importa un pito, vaya.
¿Sutilidad? ¿cobardía? Yo más bien diría indiferencia pura y dura.
La conclusión final a ambas deducciones es lo que se repite: el poco respeto o el poco aprecio que te causa la otra persona.
Y ahí ya voy al meollo:
Respeto: (según la RAE y entre otras acepciones) "Miramiento, consideración, deferencia."
Mi sentido común (que puede no ser común al de otros), me dice que cuando alguien te importa de verdad, de forma natural nace el respeto hacia esa persona. Nadie te obliga a nada y la tratas con amabilidad tal y como te gustaría que ella te tratara a ti.
Cuando alguien te importa un bledo te da lo mismo decir hoy digo que mañana Diego. Es tan poca la consideración que tienes hacia la otra persona que ni te merece el mínimo miramiento necesario para tratar de ser coherente con lo que dices hacer o ser y lo que haces o eres en realidad.
Bien, ya han salido pepinos, pitos y bledos. No pasarían de quedarse en meras frases hechas, ejemplos del refranero popular español o algo anecdótico, si no fuera que en el caso del que intento hablar (no sé si se me entiende, la verdad), se trata de personas.
Aquí ya debemos ponernos serios. Me parece que todos merecemos ser respetados. A cambio, claro está, debemos ser nobles y respetar a la gente. Si alguien nos causa asumida indiferencia no se tiene por qué alargar la agonía. Vale más una respuesta franca, aunque raspe dentro de esa persona, que mil contradicciones que a lo único que conducen es a que un día la otra persona se de cuenta de la burla que ha sido para la otra todo el tiempo.
¿Por qué se pierde el respeto? ¿En qué punto se llega a conocer tanto a otro como para concluir que a esa persona le daremos "sobras emocionales" porque nunca llegará a significar nada para nosotros?
Acaso, como dijo Séneca: ¿corremos el riesgo de, por no querer pisotear a los demás, dar la impresión de que se nos puede pisotear a nosotros?
Busco otro artículo más general y encuentro éste. Es muy interesante, pero demasiado largo para poder resumirlo aquí.
Entro después en la web del DRAE, página de contínua consulta, ya que desde que confundí los términos de cinismo, sarcasmo e ironía voy con pies de plomo a la hora de usar determinada palabra. Destaco, entre otros términos más o menos similares los que siguen a continuación:
Mentira oficiosa: la que se dice con el fin de servir o agradar a alguien.
Embuste: mentira disfrazada con artificio.
Trola: engaño, falsedad, mentira.
Falacia: engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.
Engaño: falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre.
Bola: mentira, rumor falso o infundio, generalmente con fines políticos o de otro género.
Patraña: mentira o noticia fabulosa, de pura invención.
Camelo: simulación, fingimiento, apariencia engañosa.
Bien, todo son distintas formas de lo mismo, aunque unas llevan más maldad o mala idea que otras. Todos conocemos a fantasmas que enumeran patrañas; también -no hay más que ver el telediario, ejem- vemos la de bolas que se dicen y el uso tan exagerado que se hace de la demagogia para llegar a la gente más "ignorante", que cree a pies juntillas lo que un líder que se supone que le representa dice, sin titubear, delante de todo el mundo y encima, trajeado (¡como para no fiarse!, modo-irónico-on).
Pero lo que de verdad me preocupa es el vasto universo de las mentirijillas o mentiras piadosas (tema que salió en los comentarios de esta entrada hace poco). No les encuentro razón de ser, motivo, trellat, como decimos por aquí...
¿Qué sentido tiene decir a alguien - sin que te pregunte- que nunca harías tal o cual cosa si al cabo de unos días ese alguien te ve haciendo esa cosa? Me pregunto.
¿Por qué mentir cuando sabes que vas a ser descubierto más tarde o más pronto?
Entonces, sigo pensando y claro, una cosa lleva a la otra... atreviéndome a deducir que esas pequeñas afirmaciones falsas que se dicen pueden responder a varias causas:
- Que el interlocutor te importe un pepino y le digas eso como podrías estar diciéndole que hace sol, porque simplemente no te inspira más su presencia, y esa conversación sea mero trámite o distracción.
- Que intentes dar a entender, mediante esa trola, que nunca harás algo porque simplemente no lo harás con esa persona que te escucha, como curándote en salud. Aquí: "eso yo no lo hago nunca" equivale a decir: "eso yo no lo haré nunca contigo, entérate". En pocas palabras, que te importa un pito, vaya.
¿Sutilidad? ¿cobardía? Yo más bien diría indiferencia pura y dura.
La conclusión final a ambas deducciones es lo que se repite: el poco respeto o el poco aprecio que te causa la otra persona.
Y ahí ya voy al meollo:
Respeto: (según la RAE y entre otras acepciones) "Miramiento, consideración, deferencia."
Mi sentido común (que puede no ser común al de otros), me dice que cuando alguien te importa de verdad, de forma natural nace el respeto hacia esa persona. Nadie te obliga a nada y la tratas con amabilidad tal y como te gustaría que ella te tratara a ti.
Cuando alguien te importa un bledo te da lo mismo decir hoy digo que mañana Diego. Es tan poca la consideración que tienes hacia la otra persona que ni te merece el mínimo miramiento necesario para tratar de ser coherente con lo que dices hacer o ser y lo que haces o eres en realidad.
Bien, ya han salido pepinos, pitos y bledos. No pasarían de quedarse en meras frases hechas, ejemplos del refranero popular español o algo anecdótico, si no fuera que en el caso del que intento hablar (no sé si se me entiende, la verdad), se trata de personas.
Aquí ya debemos ponernos serios. Me parece que todos merecemos ser respetados. A cambio, claro está, debemos ser nobles y respetar a la gente. Si alguien nos causa asumida indiferencia no se tiene por qué alargar la agonía. Vale más una respuesta franca, aunque raspe dentro de esa persona, que mil contradicciones que a lo único que conducen es a que un día la otra persona se de cuenta de la burla que ha sido para la otra todo el tiempo.
¿Por qué se pierde el respeto? ¿En qué punto se llega a conocer tanto a otro como para concluir que a esa persona le daremos "sobras emocionales" porque nunca llegará a significar nada para nosotros?
Acaso, como dijo Séneca: ¿corremos el riesgo de, por no querer pisotear a los demás, dar la impresión de que se nos puede pisotear a nosotros?
Bien Majo, reflexión importante la tuya.
ResponderEliminarComplicado encontrar las palabras que se ajusten a aquello que quiero decir.
Me pregunto si la ausencia o no de respeto no será tanto cuestión de concepto como de contexto. Quiero decir, que lo que es una falta de respeto para mí igual no lo es para ti. Y que además no depende del concepto de respeto en sí, sino de la situación en el momento dado.
Me lleva a decir esto el que aludas a la discriminación. Si alguien te importa actúas de una manera y si no, de otra.
No sé, no creo que se prescinda del respeto tan aleatoriamente, creo que esa capa está más adherida de lo que parece.
Así, sin profundizar demasiado, se me ocurre decir que quizás el respeto, entre otras muchísimas cosas, tiene que ver con la afinidad. Ejemplo: yo estoy convencidad de que una persona es "el hijo de su madre", más grande que pisa la tierra. Bien. Pues siempre habrá alguien que pensará que es una bellísima persona, y le aprecie sinceramente.
El mundo... creo que por eso da vueltas. O es posible que sea al revés. Mismo da.
Beso, wapa.
Cierto es lo de el cojo y el mentiroso.. Creo que la raíz de casi todas las mentiras, faltas de respeto y similares descansan en la evidencia de que nuestras dudas, nuestras inseguridades dominan nuestros actos, y no soportamos ponerlas en evidencia, aunque sea el de delante un buen amigo. Las flaquezas nos hacen vulnerables, y por esas ranuras el daño puede estar garantizado...
ResponderEliminarSaludos
Porras, esto me pasa por entrar el tercero. Ya habeis dicho gran parte de lo que yo habría dicho sobre la mentira y el respeto.
ResponderEliminarMe pregunto si hubiese entrado el octavo ya lo habríais dicho todo... Uhmm... antes de que se confirme, voy:
Mentir, mentimos todos, seamos honestos. Pero entonces, ¿por qué Majo se indigna tanto cuando se la hacen a ella? Quizás sea porque ella no miente, pero no creo que sea tan tajante.
Más bien me atrevo a suponer que recibe mentiras donde ella no las pondría, imagino que porque no las ve necesarias donde otros sí las ven. Ya sabemos que las personas no se entienden porque, entre otros motivos, juzgan los actos de los demás con sus propios criterios (como no podría ser de otra manera) pero esos criterios casi nunca coinciden.
Al final, me quedo con la idea de que el respeto acaba siendo muchas veces algo irracional, y no basado en la lógica, sino en el afecto; cosas que para bien o para mal, van por caminos distintos.
En cuanto a mi relación con el respeto, me han ayudado a darme cuenta de que desde hace muchos años, seguramente desde que me construí una barrera de altivez como respuesta a un complejo de inferioridad, en realidad nunca he dejado que nadie traspasase cierto límite, con lo cual acababan surgiendo manifestaciones de rechazo, desprecio, prepotencia o pedantería, según el caso.
Y ¿qué tiene que ver esto con la entrada que estamos comentando? Pues el punto de unión es la mentira. ¿Por qué y para qué la usamos? ¿Por qué mentirle a alguien que consideramos nuestro amigo?
Pues sencillo, aunque triste. Por mil razones que dan vueltas en torno a cuatro ideas y sus opuestas: La confianza de encontrar a un afín, el miedo a ser rechazado, la necesidad de ser aceptado, es decir, de ser porque se existe para otro, y el miedo a depender en exceso de los demás.
Ese equilibrio entre opuestos no podemos concebirlo casi nadie sin coger atajos.
Por sentido de supervivencia emocional y afectiva (algún día definiré esto) cogemos el camino corto: La mentira.
He estado generalizando, cosa peligrosa, ya que lo explica todo y no explica nada a la vez. Pero después siempre intento verme en el espejo, en fin, ya sabeis, jeje, para poder verme a través de él.
Ojalá pudiera verme desde fuera, desde el otro lado, y eso sólo es posible a través de la confianza en afines.
Peeero la mentira...
Uf, me lo ponen complicado. Parecen auténticos profesionales de la psicología estos comentaristas.
ResponderEliminarEstoy con "A través del espejo". Mentir mentimos todos, pero la paja duele más en el ojo ajeno. Eso de mentiras piadosas nada,a lo hecho pecho.
En cuanto al respeto, como bien dicen yo creo que va asociado a la afinidad. Mentira y respeto no se complementan.
Es un tema muy complicado.
Majo, tengo que de nuevo felicitarte por tu canción, ahora si que has dado en el clavo. New Order es uno de mis grupos favoritos,junto con Joy Division.Me encantan.
Un saludo.
Joe, estoy con a través en dos cosas:
ResponderEliminar1º: En que qué lástima no haber entrado la primera, ya han dicho casi todo.
2º: En que el respeto es muchas veces irracional. De repente alguien te despierta simpatía y admiración, así como alguien que se esfuerza en gustarte no consigue llamar tu atención.
Sobre las mentiras piadosas... no sé qué decirte. Hace poco leí: "No te pido que me ames como yo te amo, ni si quiera que lo entiendas, pero no digas nada, si puedes, que evidencie que no estamos viviendo lo mismo".
"
Bueno majo, me encanta tu blog.
ResponderEliminarTenía ganas de volverte a encontrara. Muy buena la entrada sobre el respeto.
besote guapa.
Con todos mis respetos, no desaparezcas :)
ResponderEliminarEnriquece mucho leeros...
ResponderEliminarEstoliana: me quedo con esa relación de afinidad + respeto.
Noel: nos respetan más si no nos ven tan vulnerables. Muy interesante...
A través: por supuesto, creo que en muchas ocasiones las mentiras son innecesarias. Son pequeños detalles tan insignificantes que, el hecho de mentir sobre ellos causa que la otra persona cuando se percata de su falsedad llega a pensar que se la han tomado por el pito del sereno.
JUACO: mentira y respeto incompatibles. Tomo nota.
Cris: me ha tocado mucho tu comentario. El respeto es irracional, como el amor mismo. Y ahí es cuando me pregunto por qué hay personas que lo infunden siempre y otros nunca. ¿ Ausencia de carisma?
Faz: bienvenida al mundo Blog ;)
Lady K: me alegraste la noche al leer tu(s) comentario(s).
A todos, gracias por dejar pizquitas de opinión. Siempre se agradecen.
Ese color caqui que va cediendo su sitio paso a paso al violeta... ¿Será un violeta cielo?
ResponderEliminarTambé es pot mentir callant. Si davant quelcom que no m'agrada, no actue ni a favor ni en contra, estic mentint ( a mi, sobretot), per covardia, per no voler problemes... En fi, no sé si m'he explicat, jo ja m'entenc.
ResponderEliminarEspejo, ¿sabes que cambiaría el nombre al blog a la de ya? Camps de lavanda... Baix un cèl de color violeta... Pero no sé, igual si me da la vena...
ResponderEliminarBenjet: Martin Luther King va dir «Tendremos que arrepentirnos en esta generación no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena».
A vegades pareix que qui calla, otorga...
(Un comentario atrasado:)
ResponderEliminarOhhhh, ¿en qué momento se pierde el respeto? ¿El respeto a uno mismo, el respeto hacia los demás? ¿Se puede perder? ¿Mentir es una falta de respeto? ¿Decir la verdad es siempre lo mejor y más correcto?
Preguntas; llego y apilo tus preguntas con las mías.
No sé. Se miente por miedo, por cobardía; pero es que el mundo es un lugar terrible donde gentes hay que te colgarían por tus palabras; palabras dichas a la luz de un sol cuando, ¿qué es un sol? El sol se acerca y te alumbra, te pregunta si le quieres y tú, con su luz, dices sí. Se caen en mentiras por no caer en cosas que nos parecen más graves.
Yo creo que es todo una cuestión de educación y de aleación de los metales que te conforman. Recuerdo ver una película en la que una monja, mientras caminaba por un patio, hablaba y hablaba. Contaba la vida de alguien. Decía que de pequeño le enseñaron a… no lo recuerdo exactamente, pero tenía que ver con la conciencia de la condicionalidad del llamémoslo “amor”. De modo que se acostumbró a decir las cosas que sentía debía decir. Y, bueno, quizás… a mí me pasó que en una época dejé de decir lo que sentía; y… quiero decir que el paso siguiente es que dejas de sentir lo que no dices, hasta que llega un momento en que haces daño y no hay motivo, no hay mapa de carretera ni objetivo porque estás perdido.
Lo que quiero decir es que no debieras, no debiéramos tomarnos esas cosas personalmente. Cuando una persona te hiere, eeen fin, presuponer que se trata de algo intencionado es… no sé, no creo que sea así; que hay veces que lo será, evidentemente, pero no como norma general.
Yo creo que la gente que no respeta es gente que no se respeta a sí mismo; sé que es un lugar común y no estoy del toco convencido pues hay gente que no se respeta y respeta a los demás.
Hummm, no sé; el respeto te lo das tú mismo, al nacer, al vivir. Creo que eso nadie puede quitártelo. Otra cosa es el reconocimiento y… sí, tampoco yo encuentro la palabra para referirme a lo que te refieres. Vaya.
De cualquier modo, no creo que podamos entender mas el mundo a golpe de diccionario. Las palabras son interesantes porque hablan de este tiempo y los anteriores. Como lo de salario, que viene de cuando la sal era tan importante que… bueeeeeno, de ahí la superstición de derramar sal.
Creo que esto te lo empezaba a decir porque comparto tu afición por los diccionarios y palabras.
Bueno, que abrazos de feliz fin de semana y guárdame un poco de helao
Tus comentarios siempre inspiran más reflexiones. Un placer leerte.
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