"No puedo describir cómo me sentía... Un enemigo me había salvado la vida gracias al violento asesinato de uno de mis mejores amigos. Qué disparatado mundo era aquel.."
Sí, la contradicción humana no tiene límites. No es necesario que se hable de muerte, como en este pensamiento que le viene a la cabeza a Little Big Man cuando ve alejarse río abajo el cuerpo sin vida de Sombra, uno de sus mejores amigos.
Extraña contradicción la que nos hace comportarnos injustamente con gente que nos aprecia -quizás porque sabemos que nos lo disculparán, como si el precio que pagamos y cobramos por el cariño y la confianza tuviera que ser necesariamente podernos faltar al respeto sin miramientos.
La misma también que nos hace ser indulgentes con quienes -tal vez- no lo serían tanto con nosotros. Qué difícil todo, ¿verdad?
En cualquier caso, centrémonos en esta película. Como tantas, la historia de un perdedor, de un chaquetero, de un cobarde... que va sobreviviendo mientras el resto cae poco a poco a su alrededor.
Por el año en que fue rodada -1970-, bebe del pacifismo que se respiraba entonces en los Estados Unidos (en plena guerra del Vietnam). Cómo no, el cine como escaparate mundial, con más medios y más alcance que otras vías, se utiliza para hacernos ver la absurdez de esa, aquella y todas las guerras.
Me gusta especialmente el tremendo contraste al que asistimos gracias a las temporadas alternas que pasa Jack Crabb en sus dos medios naturales: con los seres humanos (los Cheyenes), y con los hombres blancos. Cómo se entremezclan la vida pacífica, armoniosa y casi contemplativa con la vida anhelando siempre algo más que se vive en las ciudades. Como si a una vida le faltara de todo y la otra fuera sencillamente perfecta.
También se agradece el tremendo sentido del humor y las escenas absolutamente cómicas que nos hacen aflorar sonrisas. Ah, y Dustin Hoffman se sale, como siempre.
El título: Pequeño Gran Hombre.
Preciosa melodía la que has escogido, la de una hermosa película, por cierto. Es de las que hace cabalgar el corazón al son de cada nota.
ResponderEliminarDel oeste y en blanco y negro, en un día de playa o piscina, con poca ropa y olor a coco; pero otros días habrá.
ResponderEliminarY aaaais, un poco aludido me he sentido. Que como eres Majo, y demás, pues no te he enviado el powerpoint; si es que, si es que, toooda la razón del mundo. Pero ayer me traje el portátil de Jorge, pensando que allí estaba, y nostá, ¿te puedes creer? Hummm, no sé si pedirle a Nar, a ver si lo tiene...
Besos de voy a intentarlo