Hace pocos días paseé por un pueblo en el que no quedaba nada...
Imaginé niños y perros de antaño corriendo por esas empinadas calles; ese día sólamente corrían un niño y un perro, y ambos de visita turística.
Después de fotografiar las montañas que tantísimo me gustan y mirar muy hacia lo lejos en busca de águilas perdiceras, me fijé en una de las pocas casas de las que aún quedaba algo en pie y en el detalle de su puerta de entrada: "Año 1879"
No pude hacerme una idea en mi cabeza de aquella "casa"- de la que apenas quedaban cuatro paredes-, 130 años atrás. El silencio, sólo roto por nuestras voces y los pájaros, daban apariencia como de camposanto. Las dos presas de aceite y la enorme piedra en forma de cono con que se trituraba antaño la aceituna eran los dos únicos habitantes que tenía ese día el lugar.
Recuerdo una leyenda urbana que oí siempre que alguien de mi pueblo hacía mención a este otro. Decían que su último habitante fue un nazi que apenas se relacionaba con nadie y sólo bajaba al resto de pueblos del Valle a aprovisionarse de comida. La última referencia a esta persona data de finales de los años '70, y no tiene por qué ser cierta, ni tampoco tienen por qué ser falsa. Ahí quedó, y a día de hoy continúa vigente.
Y me pregunto por qué la gente abandonó ese pueblo y no los del lado, prácticamente igual de aislados.
¿Por qué me da la sensación viendo esta desolación, o viendo las antiguas fábricas abandonadas que siguen en pie en mi pueblo -si no las han demolido para construir viviendas, claro-, de que todo y todos corremos el riesgo de pasar al olvido?
PD: menos mal que la blogsfera seguirá... ¿o no?
Imaginé niños y perros de antaño corriendo por esas empinadas calles; ese día sólamente corrían un niño y un perro, y ambos de visita turística.
Después de fotografiar las montañas que tantísimo me gustan y mirar muy hacia lo lejos en busca de águilas perdiceras, me fijé en una de las pocas casas de las que aún quedaba algo en pie y en el detalle de su puerta de entrada: "Año 1879"
No pude hacerme una idea en mi cabeza de aquella "casa"- de la que apenas quedaban cuatro paredes-, 130 años atrás. El silencio, sólo roto por nuestras voces y los pájaros, daban apariencia como de camposanto. Las dos presas de aceite y la enorme piedra en forma de cono con que se trituraba antaño la aceituna eran los dos únicos habitantes que tenía ese día el lugar.
Recuerdo una leyenda urbana que oí siempre que alguien de mi pueblo hacía mención a este otro. Decían que su último habitante fue un nazi que apenas se relacionaba con nadie y sólo bajaba al resto de pueblos del Valle a aprovisionarse de comida. La última referencia a esta persona data de finales de los años '70, y no tiene por qué ser cierta, ni tampoco tienen por qué ser falsa. Ahí quedó, y a día de hoy continúa vigente.
Y me pregunto por qué la gente abandonó ese pueblo y no los del lado, prácticamente igual de aislados.
¿Por qué me da la sensación viendo esta desolación, o viendo las antiguas fábricas abandonadas que siguen en pie en mi pueblo -si no las han demolido para construir viviendas, claro-, de que todo y todos corremos el riesgo de pasar al olvido?
PD: menos mal que la blogsfera seguirá... ¿o no?
La despoblación del medio rural es fruto del alejamiento del ser humano de la naturaleza...
ResponderEliminarPorque así es, así será... :)
ResponderEliminarOhhhhh, me ha gustado esta entrada y otras desde Walden, pero el maldito tiempo que todo lo abandona.
Besos :( con prisas
Siempre habrá quien no nos olvide.
ResponderEliminarY la blogosfera... mientras sea gratis...
Besazo!
Qué canción más bien elegida; un viaje por el espacio.
ResponderEliminarHe buscado tu correo para avisarte de que me han pasado un meme y yo te lo he pasado a ti. Más info en mi blog. Besos :P
En Princesas, la para mi gusto mejor película de Aranoa, una de las protagonistas dice: "Las cosas existen porque pensamos en ellas, no al revés".
ResponderEliminarY por experiencia, que he vivido y sigo yendo a mucho a zonas casi despobladas del todo, esto no llega a suceder.
Salu2
Noel: quiero creer que hoy día, gracias a Internet y su mundo de posibilidades, la gente se lo piense más a la hora de irse. Puede que hable como lo haría una cría de diez años, que no piensa en lo difícil que está la atención sanitaria y educativa en esos sitios -entre otras muchas cosas-, pero como utopía no está mal, ¿no crees?
ResponderEliminarAnt:la prisa no lleva a nada bueno. Haz un alto en tu camino ;)
Cris: leí hace poco que se estaban planteando que blogger se mantuviera con alguna aportación económica anual ¿o lo habré soñado?
marqus: ya lo tienes. Y sobre la canción, buff, me costó una hora entera encontrar la que quería. Y fue precisamente esa, en cuanto la recordé y la encontré.
Lagu: película en cola de descarga (siempre me las aciertas, veremos ésta). Y sobre lo de los pequeños núcleos poblacionales, recuerda ésto: "El mayor error lo comete el que no hace nada porque sólo podría hacer un poco"
Al ver la foto he pensado que tal vez pudiera tratarse de Llombai, en la Vall de Gallinera. La historia del "presunto nazi" me lo ha corroborado. Lo llamaban "El alemán de Llombai", pero en realidad era austriaco. Llegó allí en 1946 y allí vivió hasta su fallecimiento en 1977. En este lado del puerto de Planes también se comenta la leyenda urbana de si era un general de las SS escondido, o de si "curiosamente" murió sólo unos días después de recibir su primera visita en más de 30 años... A saber qué hay de cierto y de mito en todo eso.
ResponderEliminarMe fascinan los pequeños núcleos rurales y los modos de vida y las relaciones personales que en ellos se establecen. Ver un pueblo deshabitado me produce una gran sensación de vacío. Y me gusta mucho la asimilación que haces acerca de si nosotros corremos el riesgo de quedar tan abandonados como uno de esos pueblos. Pienso que sí, pero también que en nosotros mismos está la clave para poder evitarlo.
Igual que un pueblo debe promocionarse para que en el exterior se conozca lo mejor de él, también nosotros debemos ofrecer lo mejor que radica en nosotros mismos. La vida es un intercambio de sentimientos. Un trueque movido por el solo interés de encontrar la complicidad o la alianza en otra persona, donde el ofrecimiento se combina con la avidez de recibir lo bueno que tienen los demás. Das sin esperar más que la dádiva espontánea y sincera de la otra persona. Algo tan simple como eso es capaz de colmarte y sentir que mañana valdrá la pena levantarse de la cama.
Ofrezco de esta forma mi honestidad si digo que hace algún tiempo que retomé la lectura casi diaria de esta bitácora, pero que hasta hoy no me había atrevido a dejar un comentario por no saber si mis palabras serían bien recibidas. Pero hoy por hoy ya me da igual que sea o no así, porque la lectura de cada entrada y la profundidad de los sentimientos que se desgranan en cada una de ellas me invita a la reflexión y a la participación. A la expresión de una opinión que, las más de las veces, coincide con lo que he leído.
Me encanta el blog y su contenido, salvo por la sensación de que el cariz que ha tomado tal vez pueda corresponderse con un estado de ánimo sobre el cual es preferible saltar antes que caer de lleno sobre él.
Un saludo.
Antonio.