viernes, 8 de mayo de 2009

Mar de plata




... finalmente, ésta es la imagen que veo.

Pese a los reveses, los chascos, los shocks, las emociones extremas -tanto buenas como malas-. A pesar de la sensación de miedo paralizante que hace que me desparalice y empiece a moverme, aunque sea leeeentamente... aunque parezca una contradicción que no es.

Siempre el mar -no sé qué haría sin él-, que me ha acompañado y lo sigue haciendo desde que nací. Siempre esa casa grandota delante del mismo, sólo separados por una treintena de metros de dunas y playa, heredada de sus padres y mis abuelos. Esa joya en el corazón del Mediterráneo a la que vuelvo todos los finales de junio para permanecer en ella hasta finales de agosto- sin cableado telefónico, sin red, con mínima cobertura de móvil-, pero rodeada de libros, música encerrada en un aparatito de 9 mm y mucha gente a la que quiero en mi mente y, si la tecnología me deja, a golpe de costoso y difícil sms...

Esa joya a la que puedo volver cualquier tarde -si me place- con sólo diez minutos justos de coche lento...

Y, por supuesto... siempre el sol.

6 comentarios:

  1. Echo de menos mi Cantábrico...

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  2. Yo que soy de interior en cuanto puedo me escapo al mar, que tendrá ese infinito de agua....
    Biquiños guapiña!!!

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  3. Supongo que el que más y el que menos tiene un always the sun. Yo también soy de interior, del interior más dentro, y he vivido siempre a las afueras de un pueblo sin apenas atractivos al que por razones que no vienen a cuento no me gusta mucho volver. Sin embargo, cuando lo hago procuro salir a las actuales afueras (en 30 años las que fueran afueras dejaron de serlo hace tiempo) a la hora del atardecer para cruzarme de brazos mientras espero a que el sol se pierda entre los lejanos montes de Toledo.

    Un abrazo

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  4. El alma del mediterráneo nos atrapa. ¿Qué tendrá?

    Sorry, me he hecho un jaleo con el comentario.

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  5. es el sol que se refleja en el mar,
    la luz que ilumina la calma,
    el brillo que crece en el espacio,
    nos atrapa nos posee nos domina...

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  6. En cierto modo eres como el alquimista de Coelho, terminas regresando al origen, que no es otro sitio que el agua, de donde surgió la vida. A mi me pasa muy parecido a ti, solo que yo busco el agua en cualquiera de sus estados, el mar, la nieve, el riachuelo... pero ver agua me da vida.

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