jueves, 11 de junio de 2009

La Muerte e Internet

Hace menos de dos semanas hablando con un amigo se me ocurrió el hipotético caso de que pudiera morir sin que mi hijo tuviera noticias de que su madre escribió por la Red durante un tiempo relativamente largo…

Le hice responsable de hacer llegar a los míos en caso de que eso sucediera las dos direcciones, porque poniéndome en sus lugares, me encantaría saber qué le pasaba por la cabeza a esa madre, hija y hermana durante esos años tan difíciles emocionalmente para ella.

Y recordé una frase que dijo una chica en el foro que frecuentaba que se me quedó grabada: “Si no estás en Internet, estás muerto”.

Nuestras vidas discurren ajenas al tecleteo, nos llenan (deberían llenarnos), y lo que plasmamos aquí es solo una parte más, una minúscula parte más, que sirve para liberarnos y al mismo tiempo nos completa a los ojos de los que nos leen –suponiendo que sean viejos conocidos-, que llegan así a facetas más íntimas de nuestro ser. Ante los nuevos conocidos, nos abrimos con todo al aire (a veces sin meditar antes, ejem), y cursimente hablando, cual flor que se presta a la polinización.

No tuve éxito alguna las veces que intenté que mis amigas o familiares me leyeran. Mandé alguna vez correos con el enlace, y finalmente lo dejé por imposible. Hay demasiado por leer, demasiado por vivir, y tampoco somos el ombligo del mundo para nadie.

Sin embargo, cuando sucede al revés, cuando lees esos blogs tan multitudinarios, ves que hay personas que con sus escritos llegan a ser si no ombligos grandes sí pequeños ombliguillos para las rutinas de esa gente. Y así, esperan cada nueva entrada que les alegre el día, les enseñe algo nuevo, les mantenga informados o les suscite un atractivo debate.

Hace cinco días entré en el blog de un hombre a través de uno de esos viajes laberínticos que hacemos todos cuando tenemos demasiado tiempo delante de la pantalla y un horario laboral que cumplir, -que no implica mucho trabajo por realizar- . Su título me llamó la atención y por eso hice clic. Este hombre hablaba con su perro, y sus entradas eran visiones del mundo a través de los ojos de ese perro. Muchos sabéis mi debilidad por los animales, y más concretamente por los perros, y ese tema me tocó.

Pues bien, leí su última entrada publicada, y cuando llegué a los comentarios me asabenté que ese hombre que ponía voz a un perro lanudo y marrón (casi idéntico a mi querida Rulla), había fallecido a los pocos días de esa publicación.

Muchos entraron después, y, acaso sin leer el resto de comentarios, le felicitaban por sus textos, le decían que lo habían enlazado… y la verdad es que esa persona ya no iba a leer eso (aquí se constata de nuevo la importancia de leer atentamente antes de lanzarse...).

Le di pues dos vueltas a eso. En ese caso alguien conocido del autor se tomó la molestia de dejar un comentario informando a sus lectores lo que había sucedido, pero imaginé que en otras ocasiones, quizás por la distancia física y emocional o la poca relación exterior con seguidores o lectores, quizás haya muchos blogs ahí estancados, sin refrescarse, sin novedad, y sea simplemente que el dueño haya dejado de existir.

Esa chica tenía parte de razón: si vives sin Internet no existes para una enorme parte del mundo, por lo que esa no-existencia puede equipararse a una no vida; por otro lado, si has existido en ese medio y dejas de hacerlo, en cierto modo poco importa si ha sido a causa de una muerte real o simbólica: estás muerto igual.

3 comentarios:

  1. Puffff, y ahora yo he de abrir los comentarios, por donde yo quiera, pueees a ver.

    Estar muerto en internet, suena más a frase boba de quien intuye que la "modernidad" va por ahí, y que la vida, si eso es vida, como el consumo, sólo se concibe de un modo.

    Eso del consumo viene por los comerciales, "¿no quiere usted pagar menos?"...

    Bueno, eso no viene al caso, la cuestión es que se confunden las cosas, e igual es una suerte, porque, ¿acaso hacer más ruido, escribir más bla bla bla, es estar más vivo? ¿Y qué si estás muerto para tanta gente, si la mayor parte de las veces la gente ni escucha, ni lee...? "La gente es humo", le comentaba a mi primo hablando de lo que dicen parecerle atractivo, que siempre coincide con la corriente...

    Pero me ha gustado tu reflexión, sobre si murieses, que alguien le dijera a tus hijos que mamá escribía y le comentaba tan poco a Ant :D :D :D :D

    Era por descolocarte y tirarte un dardo..

    Lo que sí que es triste que digas que escribes, dejes enlaces y la peña pasando... No sé, yo no he dicho absolutamente nada del blog... no del fuerte y mucho menos de la corniza, aún cerrá, como el pasado... aunque se me abre a poco que... y no sé; lo que es por mi no quisiera que lo leyeran, pienso en un momento, y al otro siento que sí. No por mí, al menos, pues no me supondria ningún alivio de ningún tipo, ¿o sí?; pero sí por... no sé, ¿tú crees que hay que saberlo tooodo de una persona?

    También me planteaba más atrás, en una entrada que ando escribiendo con un chico que tiene un blog, pero hacerlo en aquella terraza, fue mala idea... y nos planteábamos para qué escribimos en blogs, ¿qué función tienen los comentarios?, porque es verdad que uno escribe para sí mismo y por motivos que al menos a mi se me escapan, pero llamas a esas ventanas... y me... yiiiii... saber por qué... niiidea, la tienes tú?

    Son largos mis comentarios, ehhh, jamás debí aprender a escribir con diez dedos, aquel verano.

    Y volviendo a la muerte, síps; pero a mi no me parece bien que nadie llegue al blog de ese hombre a decir que ha muerto... o sí? En principio, escaqueado, me inclino al no... ¿para qué? Aaays, no sé, es que todo me parece una intromisión :P

    Bueeeeno, interesante tu entrada.

    Beeesos

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  2. Qué terrible...

    Me recuerda a algo que me pasó cuando trabajaba en el videoclub. Vino un socio de toda la vida que hacía tiempo que no pasaba y nos dijo que su padr abía muerto. Nosotras le conocíamoas, así que después de dar el pésame y todo eso nos pidió que borráramos la cuenta de su padre.
    Pues resulta que alguien había estado alquilando juegos que no había devuelto a nombre de su padre meses después de que muriera!

    En todas estas cosas hay todavía poca regulación...

    Besos!

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  3. Holita, Ant:

    La última vez que pegué los enlaces a mi gente fue a finales del año pasado. De ese tiempo a éste empecé a escribir cosas más personales, y me entró una especie de pudor, por lo que quité mi foto, y anteriormente cambié mi nick, que era otro demasiado "explícito" ;)

    Ahora en estos precisos momentos no quiero que me lea gente que me conoce "de fuera". No creo que diga a las claras nada del otro mundo ni que aporte datos íntimos, pero rascando un poco sí puede intuirse mi mecanismo cerebral, y como sé y asumo que soy "rarita", prefiero que sigan pensando que soy una chica más o menos "normal" (aunque nadie es normal) a la que le gusta hablar de lo que habla todo el mundo, a que vean lo tremendamente retorcida que puedo llegar a ser en mis conclusiones. Será una etapa, digo yo, y si vuelve la "normal", quizás les vuelva a poner enlaces y mande toda la Tarrofagia a borradores, bien resguardaditos.

    Tú aprendiste a escribir a diez dedos un verano; a mí me llevó seis meses, y te aseguro que fue una inversión vital, casi tan importante para mí como el carnet de conducir, ya que así puedo escribir tan rápido como hablo (o incluso más). Como digo yo muchas veces "soy teclas-rápidas"

    Me parece que tú eres de los míos... ¡menudo par de charlatanes! :D

    Cris:

    lo más alucinante que me pasó a mí hace relativamente poco fue conocer a un pintor que iba a exponer en el Museo de Arte de mi pueblo. Vino a la Oficina para darme los datos para publicar en la web y tal, y se tiró dos horas hablando conmigo. Me contó su vida y en una de esas dijo que "se iban a hacer con él", expresión que no sé si así literal se entiende, pero que significa que entre todos iban a poder con él (por una serie de circunstancias personales que le estaban sucediendo). También añadió: "esa mujer me ha enterrado en vida"

    Me dejó su dossier con las fotos de los cuadros (bastante "oscuros", todo sea dicho), y se fue dándome las gracias por haberlo escuchado y aguantado.

    Cuando vi a mi madre le comenté esa visita, y dijo conocerlo de cuando eran pequeños, ya que por lo visto este señor había salido del pueblo para vivir en la Capi hacía muchos años, volviendo ahora que estaba recién jubilado. Por lo visto su vida había sido "durilla" en los últimos tiempos.

    Bien, dos días después lo enterraron. No digo más, no es nada del otro mundo, pero me impactó muchísimo porque había empezado una nueva vida en la que quería estar tranquilo y vivir relajadamente su retiro, y su corazón pudo más :(.

    Saludos a ambos.

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