jueves, 1 de octubre de 2009

Alas


Algunos temas comunes dejan de ser meras repeticiones o cosas parecidas, aunque lleguen cercanos en el tiempo. Una idea nos lleva a otra, como trazando un arco, nunca en línea recta -perdería poesía si no-, y se enlazan dentro de nuestras cabezas. Así, algunas palabras van siempre asociadas a músicas, libros, historias, recuerdos.

Cuando veo bandadas de pájaros, no puedo ni quiero evitar recordar la historia de Nils Holgersson y su canción, que van siempre cogidas de la mano. Y en imagen más clara -por más reciente- asocio también esa imagen con la de aquellos Nómadas del viento...

Los días empiezan a refrescar, y si bien la luz y la calidez nos relajan el cuerpo templándolo, puede que las bajas temperaturas nos expandan la imaginación, quizás así se explica uno que la mayor parte de cuentos que llegaron a nuestros días sean originarios del hemisferio norte. Uno siente goleta, como decimos aquí, cuando imagina el fuego de la chimenea, la manta, las conversaciones de horas dentro de las casas, los cristales tictaqueando. Como la protección en medio del desasosiego.

La amiga más "antigua" que tengo -nos conocimos cuando ella tenía tres años y nueve meses y yo nueve meses menos en una especie de parvulario que llevaban unas monjitas donde hoy hay una residencia de ancianos- me solía decir cuando los días eran demasiado calurosos: "- qué ganas de que llegue tu cumple, en que ya llevaremos las chaquetitas de manga larga...". Qué cosas, cómo recordamos frases al azar entre los billones de frases que habremos escuchado a lo largo de nuestras vidas.

Luego nos llegaron - en la primera y tímida incursión de España en la tan manida ahora globalización-, personajes procedentes de verdes y fríos bosques europeos, y así conocimos duendes, hadas, ninfas... y nos fue presentado el Pare Noel, o Papá Noel, o Santa Claus, o San Nicolás, como prefiráis llamarle. Más cercano a nosotros pero todavía lejano conocimos también al Gnomo David y a los Trolls de eternos mocos chorreantes.

Pero nuestros bosques de carrascas y pinos no eran como esos otros bosques.

El frío, todo lo referente a la infancia, nos llegaba de lugares fríos. Y los que somos más del Sur (aunque no tanto), sentimos atracción por esos lugares donde los pueblos se aislaban en invierno y los niños se quedaban en sus casas tomando un chocolate y escuchando la radio con sus padres y abuelos (en esa época en que se vivía con los abuelos en casa).

Muchas veces en mis conversaciones saco a relucir el libro de Soci, con sus fotos totalmente típicas de las otras CC.AA, tan lejanas y desconocidas. Las de las grandes ciudades -siempre más al Norte- solían venir con niños en uniforme azul marino jugando en los parques. Nosotros nunca llevamos uniforme, el color de nuestras fotos era menos gris y nos gustaba mucho más lo que no teníamos a nuestro alcance, como suele pasar.

Bien, empecé con una historia maravillosa sobre un niño que vuela con las aves.

Termino con el tráiler de una película maravillosa sobre una niña que vuela con las aves:



A veces uno piensa que el cine puede haber sido el mayor invento de nuestra era viendo y escuchando cosas como ésta, ¿verdad?

3 comentarios:

  1. Majo, es una pequeña felicidad leerte...

    Cristina

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  2. Yo no tenía dudas de que el cine era el mejor invento de nuestra era... Y cosas como estas ayudan a reafirmarse.

    Gracias siempre por tus comentarios tan cariñosos :-)

    No se merecen.

    Besos gordos!

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  3. Cristina, ¿y si te dijera que siempre comentas en el momento más adecuado? ¿coincidencia? Tengo que leer sobre ellas, porque últimamente he tenido muchas, y algunas muy inspiradoras.

    Fer, puedo parecer egocéntrica, pero he entrado en mi blog estos días más que nunca expresamente a ver y escuchar ese vídeo. Sería igual entrar en Youtube y verlo, pero no sé, así ha sido, y tenía que decirlo.

    Un detalle que os hayáis pasado vosotros también.

    besets

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