martes, 20 de octubre de 2009

Divagaciones sobre la atracción (II)


"Numerosos lectores" de "esto" me han pedido encarecidamente (:P) que haga una segunda parte de la entrada llamada igual que ésta, pero con el (I) (eso me pasa por poner un (I) después de un título, que ya me vale...). De cualquier manera, no me gusta que con lo que digo o escribo yo suceda lo que comenté en la última entrada, y voy a tratar de dar coherencia al menos al hecho de haber puesto aquel (I) aquella vez...

Analizaré -si se me permite la palabra- el quid, pero desde la posición completamente opuesta a la atracción, o sea, desde la repulsión (era la única manera de dar coherencia al (II). No se trata de echar piedras sobre mi tejado diciendo que la conozco de primera mano -aunque la conozca-, pero sin llegar a considerarme una "cagasiempre", una tampoco es una Mata-Hari de la palabra, y puede ser interesante ver por qué.

Ayer estuve hablando de ello con alguien que se reconoce mucho más hábil que yo en esta "destreza", o mejor podría decirse que soy yo misma la que se la reconozco a él , ya que la reconozco en mis carencias por no ser consciente ni hacer uso de ella.

El quid sería, pues, la existencia de los diferentes lenguajes no explícitos que se dan cuando hablamos. Muy interesante me pareció que me diera a conocer los términos Pragmática y Semiótica, que sinceramente me sonaban de oídas nomás. La filosofía del "Eres lo que haces", que puede contraponerse al más esclavizante "Eres lo que dices", podría ampliarse utilizando la equivalencia del "haces" al "cómo lo dices", que también implica acción.

Bueno, que me desvío...

Leyendo a veces textos de personas muy no sé si llamarlas viscerales, seguras de sí mismas o sobradas (eso dependerá del día, no sé), se puede llegar hasta donde radican sus "fallos comunicativos" , que son los que pueden llegar a causar repulsión. Nos atenemos pues a los principios cooperativos de Grice:

Máxima de Cantidad (en relación con la cantidad de información que debe darse):
- Haga que su contribución sea todo lo informativa que el intercambio requiera.
- No haga que su contribución sea más formativa de lo que el intercambio requiera.

Máxima de Calidad (referida a la verdad en la contribución):
- No diga lo que crea que es falso.
- No diga nada de lo que no tenga pruebas adecuadas.

Máxima de Relación o Relevancia (comprende la máxima que Grice denomina "vaya usted al grano"):
- Haga su contribución relevante.

Máxima de Modalidad (la supermáxima es "sea usted claro"):
- Evite la oscuridad.
- Evite la ambigüedad.
- Sea escueto.
- Sea ordenado.

Partiendo de estas premisas, podemos analizar un texto o discurso, escrito o escuchado, y ver dónde radicaría su mayor o menor "responsabilidad" en el efecto que ha causado. Imagino que interese más cuando éste ha sido negativo (repulsión), que cuando ha sido positivo (atracción), por la posibilidad de corrección que esto implica (algo que gusta en principio no tendría razón de corregirse).

Bien, ya tenemos la teoría aprendida. Empezando una relación desde cero, conociendo estos datos desde el principio, según la persona que me lo explicó, uno debería ser capaz de atraer en principio a cualquiera con el arte de la palabra, dicha o escrita. Sería digamos como una "técnica de seducción": comunicación adecuada, sin fisuras, tono correcto, palabras las justas y apropiadas (esto da para otra entrada más, lo de "regalar al oído"...).

Ahora bien, en este preciso momento me surge una duda:

¿No será todo muchísimo más fácil que todo esto que acabo de poner? ¿no será más cuestión digamos... de piel?

Más info sobre Semiótica (sin desperdicio): aquí.

4 comentarios:

  1. Bueno, dicen que no hay dos sin tres :)

    Respecto a la primera entrada, la (I), te enlazo esta kuriosa historia que curiosamente leí ayer, muy titulada El amor en los tiempos del Photoshop.

    Y respecto a esta entrada de hoy he de decirte humildemente, con el corazón en la mano (y en la mente el comentario gracias al cual te conocí, uno que hiciste hace tiempo en Dando la brasa y que le dió pié a Dezaragoza para publicar una entrada) que tus cuatro primeros párrafos, hasta el bueno, que me desvío... creo que no cumplen en su totalidad ni la máxima de relevancia ni la de modalidad. Por otro lado, el resto es tan en tu línea, siempre a punto para dejarnos una bonita reflexión, que pasaremos por alto ese "cagasiempre".

    Besos :P

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  2. Maaadre mía! ¿Por dónde empiezo?
    Me ha parecido sensacional esta entrada. Porque has tenido el arrojo (arrojo lo llamo porque es como si te hubieras tirado a un pozo) de reflexionar sobre la seducción, y en cuanto has rascado un poco, de repente has abierto una escotilla que daba a… al jardín de la Comunicación Humana. Así, con mayúsculas. Qué jardín? Versalles mismo!

    Sí. Contando con que -aparte de mi tarea como padre- los “misterios” y “secretos” de la comunicación humana son para mí más que una pasión, una necesidad vital, ¿qué puedo decir sobre la atracción, la seducción? Los enlaces que aportas en esta entrada son bastante clarificadores (pese a lo denso), sobre lo difícil que es a día de hoy comprender el mecanismo de la mente en cuanto a la comunicación.

    La pregunta es ¿cómo nos comunicamos? Y nos lleva a ¿cómo nos expresamos?, que a su vez nos lleva a ¿cómo pensamos?… Jo, casi nada.
    Bueno, intentemos volver al origen: ¿Qué es seducir, y cómo se hace? Y que está conectada con ¿qué es la atracción, y cómo surge?

    Bien, dado que es ya evidente que hay muchas más maneras de comunicar aparte de las palabras… intentemos responder a dos preguntas muy particulares:
    1 - ¿Cómo explicar la seducción y/ o la atracción por Internet?
    2 - ¿Cómo se explican los malentendidos por los cuales una persona cree que está siendo seducida por otra que no tiene ninguna intención de hacerlo?

    La respuesta está clara: Hemos visto que la comunicación no es un proceso en una sola dirección. Sino que se trata de personas interactuando. Intercambiando funciones y roles. La interpretación diferente de un mismo signo (un gesto con la mano, por ejemplo), conduce a la confusión. Es decir: Así como la polisemia desconcierta al estudiante de un idioma extranjero, la libertad que rige nuestras mentes a la hora de asociar ideas conforme a una lógica nos lleva al malentendido.

    La clave para mí está en lo que como receptores ponemos a la hora de interpretar el mensaje. Porque siempre ponemos algo, y bien sea desde nuestro propio bagaje personal, bien desde el contexto de la situación, las expectativas, los prejuicios, etc., etc., la seducción es posible.

    Como en el viejo dicho de que la belleza está en los ojos del que mira, la seducción es cosa de dos, por lo menos…
    Así que en cuanto a tu “destroyer” tercer párrafo, en el que hablas a la vez de no ser consciente de algo y de no usarlo (no usarlo implica a mi entender conocerlo, o saber que se tiene, con lo cual no ser consciente de ello no me cuadra), esa carencia de seducción no creo que debieras atribuírtela en exclusiva. Al fin y al cabo, si uno puede seducir incluso sin quererlo, cuánto no podrá hacer si se pone a ello a conciencia…

    En cuanto a tu última pregunta, si es simplemente una cuestión de piel, imagino que te refieres a piel como todo lo que no es neurona. O sea, proporción de determinadas hormonas en masa corporal, temperatura, tensión arterial, emisión de ondas beta ( o las que sean)… reconozco que es tentador explicar una acción humana como reflejo químico, pero me extraña tanto que pasando como pasa todo por “la central”, la razón no tenga nada que decir –aunque hoy por hoy no encuentre las palabras…-

    Y es eso, con lo que me quedo. Desconocemos tantas partes del mecanismo de la mente, que por muchos Chomskys, Hjelmslevs, Greimas y Grices que lo han intentado, al final… solo nos responde el Eco.

    Besos, y perdón por el plomo. :-)

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  3. Buff, qué historia tan chula, Mr. Entro alguna vez que otra a ese blog, pero ese post se me había pasado. Gracias por traérnosla, y ahora paso a replicarte:
    Seguramente eres tú, que me lees con buenos ojos. Me entristece que sea así (ahora entenderás por qué), y es que pienso que mientras haya esta "distancia" entre nosotros, seguirá siendo así, y no pasaremos a esa etapa tan horrenda en que nos podamos llegar a perder el respeto y vayamos dejándonos de querer poquito a poco. Creo que me entiendes, (creo).

    Espejo: siempre te digo que tus comentarios no merecen estar aquí, escondiditos de la gente que suele entrar a los blogs buscando una imagen. Lo que dices, aún pareciendo tan obvio a veces, merece estar en tu escaparate, y no en la trastienda de otra persona ;).

    Ahora veamos...

    ¿Pareció que hablaba de internet? ¿de seducción? Bueno, sí,perdón, dejé caer algo de ella al final. Bueno, puede, internet es un medio de comunicación...

    Bueno, Amén (rumiando la parte III)

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  4. Me parece interesante, pero si te pones a tener cuidado de todo lo que dices y con todo lo que dices, al final no dices nada. Y entre tener una conversación con sus más y sus menos y discutir y arreglar las cosas y ser un sosainas que no diga nada y que se quede callado esperando... no sé que es mejor :P

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