Era el verano de 1989. La portada era de Batman, la primera de todas, la de Tim Burton. Estaría por encima de alguna de las sillas de bova que hay en la casa de la playa. A los casi dieciséis años uno siente curiosidad, a veces de esa de cosquilleo, por todo lo que tiene que ver con el mundo que empieza a descubrir. Era la revista Primera Línea, que empezó a comprar uno de mis hermanos. La devoré por entero. Imagino ahora que para muchos chavales sería como comprar la versión light de cualquier revista de tías buenorras. A mí esas fotos ni fu ni fa, clarostá, pero en cambio sí me apetecían -y mucho-, las entrevistas a gente del cine, los reportajes de películas de estreno y, sobre todo entonces, los de música.
No sé bien si era ese mismo número, pero sí que fue en verano, por lo que sería uno de esos números de esa temporada. Se hablaba en esa ocasión de una época en decadencia, de una movida pasada ya un poco de rosca y de una ciudad que lo había sido todo -y lo había dejado de ser también- en cuanto a irreversión, vanguardia y reinventiva: Vigo.
A todos los que nos hemos criado musicalmente con las cintas de cassette y los Discoplay de hermanos mayores nos tiene que sonar por narices. A muchísimos incluso nos fascinó. Siniestro o Aerolíneas Federales para los nostálgicos (aunque demasiado jóvenes para etiquetarnos así) del punk; Golpes Bajos uf, para todos, para todos.
Hoy no dejo de emocionarme con los primeros acordes de "Soy una punk"; cada vez que lo escucho me dejo llevar por ese coro -aaaaahhh- de "Assumpta", y se me pone la carne de gallina directamente con la letra de "Escenas olvidadas", una de mis canciones preferidas de siempre, o la música e historia de "Cena recalentada"...
Ese verano se nombraba todo esto como quien nombra un reino perdido, como con mucha, muchísima nostalgia. Era el turno de los relevos, de los que empezaban. Y a veces uno empieza algo a sabiendas ya de que nunca será lo mismo, que podrá ser bueno, pero no aquello. Y esa época era de las que podían ser buenas, pero nunca como aquella otra.
Y Vigo quedó "on my mind", como Georgia para Ray Charles. No la tenía en la cabeza como lo que tal vez fue realmente o es ahora. Yo sabía que tenía mar, mucha industria, cuestas -bastantes cuestas-, y que todo aquello había tenido que ver en esos grupos y en esas canciones. Uno tiene motivos suficientes para idealizar ciudades o lugares que forman parte de los recuerdos; existe una ley no escrita del derecho a recordar algo que no hemos conocido como queramos hacerlo, con nuestros adornos, nuestra percepción, las emociones que sintamos al pensar en ellas o en ellos. Me pasó con Edimburgo, me pasó con Londres... y me pasó con Vigo.
Es un privilegio enorme el que yo tuve de poder conocer un sitio al que tenía tantas ganas. Lo conocí del modo más perfecto, con la gente más perfecta para ello. Y ver desde allá arriba del puente de Rande las mejilloneras, y pasear por las calles de piedras oscurecidas, haciendo juego con el color del cielo de esos días. Y escuchar las gaviotas desde mi cama...
Uno no deja de preguntarse -yo por lo menos y no pocas veces- qué hubiera pasado de nacer en otros lugares y crecer con otra gente. Algunos dicen que el actor seguiría siendo el mismo y la película sería la misma. Yo no estoy tan segura de eso, como tampoco ellos pueden estarlo ya que quedará para siempre en el mundo de las hipótesis y el de los "y si".
Pero me gusta imaginarme allí entonces. Y, como en el cine, los programillas de retoque fotográfico son capaces también de hacer milagros y lograr que una foto de 2008 pueda parecer otra de cuando la de la foto tenía diez años, no se enteraba aún de nada, y allí sucedían aquellas cosas y nacían aquellas canciones...
Como remate, otra joya de otro grupo también vigués. No podía ser casualidad:
Qué bonita entrada. A más de uno le gustaría ver cómo evocas Vigo en la misma línea que a Edimbugo o Londres. Debe ser cuestión de la edad o que Vigo y su movida me quedaban demasiado cerca siempre vi todo aquello con escepticismo, así que me gusta mucho verlo desde tu mirada tan cálida. Y ponerle tu banda sonora. O compartirla. Un saludo.
ResponderEliminarOhhhh..., Daniel, muchas gracias por tu comentario tan amable. Aunque escribir siempre es un gustazo, cuando a una le dicen cosas así aún lo hace con más ilusión y ganas.
ResponderEliminarGracias de nuevo y bicos!
Claro que la película no sería la misma. Tenemos una parte genética, sí, pero un buen porcentaje de lo que somos es ambiental.
ResponderEliminarQué ganas tengo de conocer Galicia.
Besitos!
Linda entrada. Conozco Vigo -mi madre vive allí desde hace un par de años- y cada vez que voy me parece una ciudad dulcemente extraña. No me deslumbra, me engatusa, me envuelve melancólicamente. Dan ganas de volver siempre. Yo no tengo con Vigo la historia que tu tienes, pero comprendo lo que te ocurre con ella. Me parece natural que te pase. Un beso.
ResponderEliminarCris, el expediente X que nos pasó ayer parece ser que se solucionó por ciencia infusa :P
ResponderEliminarY oye, ¡qué rabia no tener ocasión de comprobar "cómo hubiera salido todo si...", porque... solo vivimos una vez, ¿no? :D
Blanco, tu descripción se ajusta a la perfección a lo que yo siento por ese sitio. Yo necesité una parrafada para contarlo y podía decirse con esa expresión que usaste -"me envuelve melancólicamente"-. Gracias por dejarla aquí pues.
Besets
Heyyy! Pues claro que me apetece decir algo!
ResponderEliminarEsta entrada me parece una genialidad de la evocación nostálgica "no-destroyer"...
Jejeje! En serio, me hace repensarme (y re-sentir, que no "resentirme") mi relación con Vigo. Tan llena de reproches, tan falta de halagos, pero tan llena de comprensión hacia sus miserias como de nostalgia también por sus 80...
Y las canciones de esa "Movida". Ummm, la "Movida", importada como concepto del Madrid progre de Tierno Galván, de Paloma Chamorro o Ágata Lis... (rrrrrrrrrrrrr)
Y de la Movida, las canciones: Has elegido bien, pequeño saltamontes (como diría Josema disfrazado del maestro Shao Lin, o como se diga): Un tema de los Piratas, que es un homenaje a una canción que es a su vez un homenaje, al "Summer in the City", de Dylan, recordada en la voz de Joe Cocker, "seré, como aquella canción, de los años 80, seré, como algún día fui..."
Aquella canción de los años 80 debe ser, sin ninguna duda, "Chicas del Verano (Summer Girls in the City)", de Moncho e os Sapoconchos (en castellano: Moncho y las Tortugas, ejem), grupo nacido en el 83 en esta ciudad.
Homenaje de los Piratas a la Movida Viguesa.
Los viejos tiempos eran buenos tiempos.
Pero el tiempo nos hará más sabios.
Saludos desde Radio Saudade. ;)
http://soundclick.com/share?songid=3390054
Que bonita entrada,creo que al margen de los paisajes y escenas se respira una calidez en la que cualquier persona se siente acogida en algún momento. ¿Quién no se ha preguntado aquello de y si hubiese nacido en otro sitio, con otro ambiente con otra familia?; este tipo de cuestionamientos creo que son los que ayudan a chequear nuestras coordenadas actuales y aunque no podamos de momento volar nos incitan a batir las alas para sentir que al menos no estamos amputados del todo.
ResponderEliminarNo suelo responder todos los comentarios por sistema -ya lo sabéis ;)-, pero estos días se nota que estoy especialmente "respondona".
ResponderEliminarA mí este texto también me ha gustado, y mira que es raro que diga eso de algo mío, porque soy la más crítica del mundo y la mayoría de veces pienso que escribo chuminadas y paranoias.
Diría que quise decir exactamente lo que dije, y veo que logré transmitíroslo, así que doblemente feliz -por haberlo vivido y por ver que he sido capaz de que lo viviérais a través de mí-.
Al Espejo: la de veces que hemos hablado usted y yo de la canción de Los Piratas, y va a resultar que una canción dio lugar a otra canción, y esta a su vez dio paso a unos recuerdos que resultaron ser compartidos, aún viviendo tan lejos. Mira, total sería doblar España como una empanadilla y vendríamos a caer en el mismo lugar :D.
Sâddha: No podemos volver a nacer, pero sí renacer,¿cómo lo ves? Si es lo que nos tocó, ahí ha estado, formándonos, pero ¿quién dice que no se moldee la vida a nuestro antojo si queremos y no hacemos daño a nadie?
Besos de por fin es 16 de abril...
Con Vigo me pasa algo parecido a Blanco: ambivalencia. No es una ciudad que me guste estéticamente, su entorno sí es maravilloso, alguno de sus rincones embaucan... nunca me niego a volver.
ResponderEliminarSaludos
Qué tierna y bella evocación de esa ciudad soñada y, por fin, encontrada... y que resulta ser la ciudad en la que nací y pasé la primera mitad de mi vida. Me ha encantado conocer tu visión de una ciudad que, para mí, al vivir ya en otro lugar, pertenece también al mundo de los sueños y recuerdos.
ResponderEliminarPor cierto, Majo, en mi blog ya tienes la prometida entrada dedicada al mundo de los sueños... va dedicada a ti, que para eso la pediste. ;)
Xibeliuss, gracias por venir y por compartir el Vigo que te gusta.
ResponderEliminarElperejil, ¡qué casualidad que seas vigués! el mundo es un pañuelo, visto lo visto.
Sobre la hipnosis... allá voy.
besos a los dos
Nooo, no me digas que hora es, las ocho y veintisiete amor... Tampoco yo creo que el lugar no cambie nada; creo que yo no me explicaría sin la isla; o igual haría la isla en un campo de trigo jajaja, capaz me veo... oooyes, ¿onde andas metida?, que espero que estés bien; es que me acordaba de ti ayer... "ya Majo no me quiere otra vez"; no sé por qué me gusta empujarte.... como homo jajajaj... esto es, sabiendo que no corres peligro :)
ResponderEliminarbesos de me estoy enganchando miserablemente al alemán, y tú no me cuentas nada de cómo te va, qué aprendes, si estás en un nivel avanzado.. snif, te salvas porque me caigo sueño, espero soñar con Vigo y pobre de ti como te vea; cojo y me llevo la mano al hombre, meto para dentro la punta los zapatos y no te hablo :P (mañana te borraré un comentario, qué le vamos a jacé;)