Leía ayer que ese gran laberinto sin solución aparente que es nuestro cerebro guarda nuestras habilidades entre recovecos, como los recuerdos, como las experiencias bonitas y no las feas. Que el cerebro -nosotros- es listo -nosotros también lo somos- y nunca nunca nos deja ser masocas ni fatalistas cuando se trata de mirar atrás (¿arma de doble filo?... puede).
Me decía esta mañana una persona que agradezca a cada ser que entró y salió en mi vida el bien que me hizo, que ese es el modo de decir adiós. Se giró hacia sus papeles y me dio un papelito rectangular: que lo guardara, que lo leyera una y mil veces y lo tuviera presente a diario. Lloré al escucharla leérmelo, como lloraré dentro de diez años y como hubieseis llorado vosotros. Porque es bonito que alguien haya pensado en ti y te haya escrito un papelito como ese, aunque te haya causado una emoción tremenda. Aunque esa emoción haya durado solamente los tres minutos que he tardado en volver a mis rutinas y mi día a día. Estuve ese rato pues en una nube, como en una nave del tiempo. Un momento especial, algo bonito.
Mucha gente me pregunta si sigo dibujando, y digo que no, que pasé de los colores y las formas redondeadas grandotas al azul marino y blanco y a las formas redondeadas pero más pequeñas que son las letras, las palabras. Que me dio por escribir, mira tú, y aquello otro que tantos buenos ratos me hizo pasar... que aquello otro lo fui dejando, y ya no servía, y ya no...
Elegí hace tres años un dibujo al azar. Mi tía hacía un curso de mandalas y yo elegí uno que simbolizaba la amistad. Entonces no lo sabía, ni fantaseaba en cómo iba a cambiar mi vida los siguientes años. Ni que unos años después iba a tener a una personita rubia con gafas colgando de mis pechos -alternando mis pechos- todas las horas del día. Que la amistad me causaría las mejores satisfacciones. Lo que no sabía era que podía quizás confundirse con otras cosas, o puede que el amor sea eso, amistad de la buena, ese estar a gusto -muy a gusto-, reír muchísimo y amar... a ratos. Que puede que si es eso acaso no haya nada mejor, y si no lo es... puede que sea lo mismo... y que la ternura supere a la fiereza, y aquello imperfecto sea lo que echemos de menos cuando hay ausencia... y que cuando hay presencia queramos morirnos en ese momento y que se pare el tiempo justo ahí.
Empezaré hoy, viernes tarde, lluvioso, gris y con paz ambiental...a dibujar de nuevo. Tengo las plantillas de mandalas, todos los colores del mundo y más necesidad que nunca de expresarme por otras vías. Y empezaré al azar, dejándome llevar, sin creer que estoy siendo iluminada ni soy alguien divino haciendo algo que todo el mundo puede hacer. Solamente disfrutando el momento y deslizando lápices de madera...
Y cuando vuelva a acostumbrarme a combinar colores de nuevo... saldrán las formas, las imágenes y todo lo que llevo dentro... ya que están latentes dentro de mi cabeza; que veinte años no es nada... :).
PD: la frase que da título a esto es de Claude Serre. Me ha encantado.
Hace tiempo me hice yo también con todos los colores del mundo y empecé a pintar mandalas, además pintaba mandalas en miniatura con colores acuarelables en papel grueso y hacía con ellos marcapáginas. Prueba a hacerlo, a hacer un marcapáginas con mandala e ir coloreándolo según avance la lectura de un libro. Hazlo con el mismo modelo de mandala y descubrirás que no harás dos iguales.
ResponderEliminarA ver cuándo nos enseñas uno de esos dibujos ;) Besos.
Hey!
ResponderEliminarBuena idea lo del papel grueso y los marcapáginas ;). Lo mío fueron siempre los retratos, me temo -o confieso-: las figuras, las personas, las caras, sobre todo las caras. Ya he empezado, en marrones, beiges, anaranjados... bueno, mis colores preferidos :). No sé si seré capaz de meter algo aquí cuando vuelva a soltarme. Son muchos años de entumecimiento. Veremos...
Besos, Míster ;)
Me decía esta mañana una persona que agradezca a cada ser que entró y salió en mi vida el bien que me hizo, que ese es el modo de decir adiós.
ResponderEliminarBuena filosofía, sabias palabras.
Esa personita rubia y con gafas espero que no ande aún colgando de tus pechos, pero sí espero que siga tan adorable ;)