martes, 24 de febrero de 2009

Infancia




Entrar en cualquier edificio relacionado con el mundo de la infancia debería alegrar el espíritu. Debería.

J. M. Barrie (autor de Peter Pan), cedió los derechos de su obra más reconocida al Great Ormond St. Hospital. Allí, entre olores a alcohol y medicamentos, los niños pueden verse como dentro de ese cuento, gracias a los murales que adornan sus paredes frías... de hospital.

La infancia es un paraíso; debería ser un paraíso. No hay vuelta atrás a esa forma de ver el mundo, aunque de adultos nos sintamos niños en ocasiones puntuales. Los ojos de los niños reflejan una inocencia e ilusión que siempre termina por perderse. Los ojos adultos tienen un trasfondo triste y decepcionado muchas veces, como de "he ido, he vuelto, sé demasiado..."

Unos de los lugares que más me gusta visitar cuando viajo son los museos dedicados a la Infancia. Y éstos son, como no, los museos de juguetes. No me causan alegría ni mucho menos, sino más bien tristeza, pero debo ser un poco masoquista porque es una tristeza dulce, relacionada directamente con la melancolía, que es mi "enemiga" íntima...

Cuando visité el Museo de la Infancia en Edimburgo (su eslogan es: el museo más ruidoso del mundo), se me paró el tiempo, literalmente. No sé cuánto permanecí allí. Observando, pensando... Ver los juguetes oxidados y las muñecas que a nosotros nos pueden parecer terroríficas fue lo primero que hice. Pero más tarde tuve que detenerme en las fotos de los niños propietarios, actuales calaveras o ni eso :(.

Y esto me hizo recordar la famosa escena del Carpe Diem de "El Club de los Poetas Muertos" -una de mis películas favoritas-, porque es la misma escena, exactamente la misma. Sólo que a mí no me susurraba John Keating, sino yo misma.

Y es una putada inmensa que haya niños a los que se arrebate esa infancia, quizás la única etapa en la vida de las personas en que uno es plenamente feliz.

Cantaban Los Secretos:

Con la inocencia tan graciosa que cambia el nombre de las cosas
Con ese brillo que te quita el frío cuando las noches son lluviosas
Volver a ser un niño, volver a ser un niño...

8 comentarios:

  1. Pues sí...una etapa tan bella en la vida y tan descuidada actualmente...

    Besos

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  2. Oooohhh! Yo estuve en el museo de juguetes de Munich y también se me paró el tiempo.

    Por cierto, anécdota chorra: ese museo está ubicado en lo que era el antiguo ayuntamiento de la ciudad (si no lo conoces, buscalo en google, merece la pena verlo), en la torre. Después de subir 7 pisos de escaleras de caracol que crujían, nos dimos cuenta de que había ascensor.

    Besos!

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  3. Podemos ser felices de adultos, la diferencia es que los niños son ingenuamente felices.

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  4. La infancia es una de las cosas más bonitas que podemos tener. Es una lástima que se pierda. Toda la vida tendría que ser una bonita infancia.
    Pobres niños ellos son los que realmente sufren.
    Veo que has cambiado la imagen del blog. No está mal. Noto en falta esa canción que ponías al inicio de las entradas. Espero que eso no se te haya quedado en el otro blog,jeje.
    Un saludo.

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  5. Como me gusta la gente a la que le gustan los niño@s!!.
    La infancia,como tu dices, debería ser un lugar inviolable, pero desgraciadamente no lo es. La tristeza en la mirada de un cri@ es como un pozo, verdad??.
    Besos y gracias por tan bonita entrada.

    Ah, me encantan entrar aquí porque cada vez me encuentro un nombre diferente del blog, es como si tuviese múltiple personalidad, jajaja.

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  6. Noel: me da tremenda pena que mi hijo no tenga la misma calidad de vida que tenía yo a su edad; y todo por trabajar a jornada partida y sábados por la mañana :(. Cuando pienso en eso me entra angustia y trato de no seguir pensando (algo fácil de decir y difícil de llevar a cabo)

    Cris: no hay mal que por bien no venga... ¿y lo firme que se os quedaría el culete? :P

    Benjet: ains, torna-ho a intentar, home :(

    F.A: felices sí, pero a ratos. Ellos en cambio son más bien infelices a ratos. El porcentaje de tiempo se invierte pero para peor.

    JUACO: la canción que me venía era esa de los Secretos, pero en Radio Blog no vienen demasiadas (menos españolas), y no me apetecía meter un tubo tras dos fotos.

    Rosa: nunca he sido niñera, no creas :$. Pero ahora que paso muchas tardes observándolos y escuchándolos en el parque veo lo ingenuos que son, y es preciso enternecerse. Me sacan de quicio muchas veces, pero luego los veo tan bajitos y pienso... pobres, no llegarían solos ni a la esquina. Tanta vulnerabilidad hace que me salga el instinto de protección.

    En cuanto a eso del nombre, corramos un tupido velo, que ya doy hasta risa :$

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  7. Majo, hoy hemos aparecidoen el trabajo todos vestidos de morado, sin ponernos de acuerdo.
    Me he acordado de tí. Nos hemos hecho una foto y todo. Si quieres te la mando.

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