jueves, 26 de febrero de 2009

Trenes





Últimamente, la mayoría de las veces, sea cual sea la circunstancia "positiva" que esté pasando, tengo la terrible sensación de que llega tarde...

No sé, el recurso de los finales felices y que al final se sepa quién es el asesino y el acusado-inocente quede inmune está muy bien para el Cine, pero ¿qué hay de la vida real, sin guiones previos escritos?

Sí, mejor tarde que nunca, eso está clarísimo, pero... ¿y mientras? El mientras en que te sientes gilipollas, el mientras en que notas que te están tomando el pelo en tu cara, el mientras en que sufres, el mientras en que eres indiferente para casi todos, o peor aún, el mientras en que eres el hazmerreír de muchos...

Demasiados mientras para, llegado el caso, poder disfrutar plenamente de los giros inesperados de fortuna.

Recuerdo esa escena en La Milla Verde, cuando el gigante John Coffey lleva en brazos los cuerpos inertes de las gemelas, y llorando desconsoladamente repite varias veces:

-"El mal ya estaba hecho..."

A eso me refiero, salvando las distancias, claro. Algunos momentos perfectos, que parecen casi irreales por haberlos imaginado tantas y tantas veces en sueños despiertos, pierden buen sabor y se tornan rancios por llegar demasiado tarde. Claro, igual que el tiempo pudre frutas, pudre también sensaciones, que hubieran sido mejores y más saboreadas... de haber llegado a tiempo.

Como si a los treinta te compras el juguete que quisiste con todas tus fuerzas a los diez años... No, no es lo mismo.

Tal vez sea que uno al final ya está cansado.

Florentino Ariza se debió sentir feliz... pero agotado. Y Nelson Mandela tuvo su final feliz, pero estaba cansado... e incluso el tiempo dará la razón a quien ahora parece que no la tiene, como se la dio a Galileo , a Ignaz Semmelweis, o a Sanz Briz... pero siempre, siempre, demasiado tarde.

Lo más desolador, lo único verdaderamente desolador que hay en este mundo, es tener que exclamar:
¡ya es tarde!
(E. W. Stevens)

Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo
(Marie Von Ebner-Eschenbach)



9 comentarios:

  1. Uhhmmm... Bueno.... puedes verlo así. O puedes tener en cuenta otra realidad. Está ahí, y que no la tengas en cuenta no la convierte en mentira, ni en inútil, ni en dolorosa:

    Ya no vas a disfrutar los juguetes que querías a los diez años, porque ya no tienes diez años, pero estaría bien que te respondieses a estas preguntas:
    ¿No existen "juguetes" que quieras tener a los 35 años?
    ¿podría ser que en realidad lo que ocurre es que ya no quieres "jugar"? ¿o es que sólo se puede "jugar" hasta los diez años?

    No sé, creo que "adaptar" nuestras ilusiones a "juguetes" que podamos conseguir a los 35 no las hace menos legítimas ni menos emocionantes.

    Además, ¿acaso no seguimos teniendo dentro de nosotros un niño que juega?

    ResponderEliminar
  2. Es complejo...primero porque la canción de The Clash hacía tiempo que no la escuchaba. El mientras simplemente condiciona, pienso yo. Es difícil actuar mientras se está pendiente de lo que dicten o sentencien los demás. Muy difícil, porque si no lo escuchas, la masa te señalará de raro/a...

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Yo estoy con Javi, no físicamente se entiende (festival del humor jijiji).
    A mis 31 años sigo teniendo ganas de jugar y buscando los juguetes que anhelo, que no son los mismos de cuando tenía 15, pero son igual de divertidos .... o más.
    Biquiños!!!

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  5. Holaaaa, que yo entienda mal algo no sería extraño no jijiji.

    Yo me quedo con otra frase:

    Nunca es tarde si la dicha es buena.

    Aunque la de Pascual me ha hecho una gracia, aún me estoy riendo jejeje, no la conocía.

    Biquiños nena!!!

    ResponderEliminar
  6. (Este comentario va antes del último de maru, pero no sé qué hice que salió una sábana entera entre él y el de ella)

    Hola a los tres.

    Ni siquiera aludiendo al símil que puse yo de los "juguetes" a deshora me parece que me hayáis entendido :(.

    Bueno, si acaso Noel se acercó más. Pero no se trata de esperar sentencias o resoluciones, sino de la correspondencia a su debido tiempo.

    Volvemos al núcleo del cual partimos siempre...

    Algunas frases pueden expresar lo que quiero decir, mucho mejor de lo que lo he hecho ya:

    "Siempre se dan habas a quien no tiene muelas..."
    o
    "Después de muerto Pascual, le pusieron el orinal"

    ResponderEliminar
  7. A veces sucede que las cosas nos ilusionan o las metas nos motivan porque, secretamente, sabemos que es imposible, o muy difícil, alcanzarlas. Si nos ponemos como reto algo sencillo no conseguiría motivarnos de igual modo.
    Es por eso, que si llevamos mucho tiempo ansiando algo, lo convertimos en costumbre y cuando, por razones diversas, lo alcanzamos, descubrimos entonces que en vez de hallar la satisfacción que soñábamos, lo único que nos encontramos es ese "vacío". Tal vez tendamos a idealizar demasiado nuestros sueños o los vivimos demasiado internamente antes de conseguirlos.

    Tal vez sea también que me pase como Maruxiña y yo te haya interpretado mal. Todo es posible, ¿no?

    ResponderEliminar
  8. Considero también que hay cierta grandeza, “coffe, como el café”, en decir: “ya no lo quiero”.

    Pienso en el título honorífico que una universidad quiso entregarle a Virginia Woolf; sin embargo, ella dijo “no, muchas gracias”, y reflexionaba sobre ello en sus diarios, diciendo que no aceptaría nada de este mundo que hace las reglas, te margina y luego quiere premiarte. De hecho, creo, sin el creo, que cuando eso le pasó estaba escribiendo un personaje, de “los años”, que reaccionaba de una forma parecida ante otras cosas.

    No sé, últimamente, claro que tampoco hace mas que te leo :), andas preocupada por la sensación de que se ríen de ti, en tu cara; no sé, si será verdad, si es una percepción tuya… Claro que esa expresión es un tanto… ¿¿?? Me refiero a que si es una percepción tuya es verdad… en cuanto a lo que a ti respecta; y vuelvo al no sé :), quizás a decir que el mundo exterior, que importa, debería importarnos menos, cerrarnos a él; ya sé que no es un discurso muy alentador pero… en lo que a mí respecta, el mundo me parece por lo general terrible, de modo que… ¿lo adivinas? ¡no sé! :) :)

    Anoche resucité a Rosalía. La traje furiosa, vestida poco menos que de roca… y es que el mundo en que vivimos… el mundo que existe es… de gente con miedo y con frío, y ya sabes lo terrible que se es cuando tienes miedo y tienes frío… así que lo mejor, cuando es posible, es tomarlo todo como algo no-personal, porque la persona que te hace daño lo hará sin darse cuenta o intencionadamente, pero por motivos que poco tienen que ver contigo; ahora bien, y es en lo que Jorge me insiste, hay que atacar; como último recurso si quieres, pero hay que defenderse, que si hubiese aprendido eso, antes… ¿ves? La vida es lo que es, y quizás de no ser por eso sería un gilipuertas con el pelo de punta, mis pantalones de marca y dejando un camino de mierda a mi paso… de modo que…

    ¡¡aaaahh, qué testamento, lo siento!! Pero no me puedo ir sin decir que ¡¡¡¡¡¡¡me encantó la milla verde!!!!, y eso que leí primero el libro. El personaje de Coffe, el de la mujer enferma de cáncer, la medalla que le da, “soñé con usted… estábamos en la oscuridad”. Me emociona :), y ni sé por qué, ¿lo ves?

    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  9. Bueno, quizás A través y Maru sí me habían entendido, y yo qué sé. "La confianza da asco" en ocasiones y releyendo mi comentario noto un tono que en absoluto quería dar. Collejapamí, pues :$

    Ayla, dices muchas cosas interesantes y ciertas, lo único que fíjate, hay personas ambiciosas que quieren lo que no pueden alcanzar como un reto para con ellas mismas, y sin embargo yo por no tener no tengo ni ambición (¡qué cuadro, señores, qué cuadro!, menos mal que "en mi casa no comemos, pero nos reímos más..."). Pero sí, algo de eso puede que haya subliminalmente; pensaré sobre ello.

    Ant: pobre Virgina, ¿eh? :(. Qué cosas, qué injusto es todo, y todo porque la "justicia" la escribimos y damos las personas, que somos injustas por naturaleza, y cuando algo no es del viento que nos gusta giramos la vela hacia otro lado, buscando mil excusas...

    Sí, tienes razón. Últimamente guardo las alegrías para cuando hablo con la gente "en persona" y vengo aquí a vomitar cosas feas. Me aplicaré en tratar de no transparentarme tanto, que ya me llevé algún palo por hacerlo en otros lares (mecachissss, ya estoy otra vez :P). Tu entrada de Rosalía vino en el momento justo.

    Agradezco a todos vuestras "cosetes a dir".

    ResponderEliminar

¿Te apetece aportar algo?