jueves, 21 de mayo de 2009

Máscaras, caras y finales de cuento


"Aquel cuya sonrisa le embellece es bueno; aquel cuya sonrisa le desfigura es malo"
(Proverbio húngaro)

Estaba hace poco ordenando mis carpetas de imágenes y eliminando fotos que parecían duplicadas (ya sabéis, eso de "espera que hago otra a ver si ésta no sale..."), y vi fotos en las que salía gente que no eran mi hijo -cosa raaara- ni mi familia o amigos más cercanos. Observé sus caras, sus expresiones, sus sonrisas o la ausencia de ellas... porque había gente que apenas sonreía.

Traté de recordar si en alguna de las contadas ocasiones en que había coincidido con ellos lo habían hecho: la conclusión fue que muy poco. Ya me pregunté hace tiempo por qué la gente no sonríe más. Y, sobre todo, por qué muchos no lo hacen cuando tienen una cámara delante, si se supone que sonriendo es cuando salimos más favorecidos (aunque algunos no tengamos -aún- una sonrisa Profidén :D).

Luego, con sorpresa, aprecié que en otras instantáneas pilladas de casualidad esas personas sí sonreían (sabían que en ese momento no los estaban enfocando). Y lo que vi me dejó pensativa: rostros grotescos, como con máscara teatral, como forzados. Rostros en los que reía su boca, pero cuyos ojos seguían siendo neutros, indiferentes, algunos incluso tristes.

No hace falta cavilar demasiado para concluir que mucha gente que no sonríe en las fotos es consciente de que su sonrisa no le favorece estéticamente (porque mentalmente creo que ese acto nos beneficia a todos).

Luego, hilé este pensamiento con una conversación que mantuve otro rato sobre lo curioso que me resulta pensar que, como en los cuentos, al final la maldad y las malas artes tienen que salir por algún lado (aunque muchos mueran sin enterarse de que han sucedido), y que la misma Naturaleza, tan sabia ella -no me canso de repetirlo- afea a las personas malas y embellece -o al menos no estropea tanto- a las buenas con el paso del tiempo.

Puede parecer una tremenda chorrada, o una paranoia más de las mías, pero he constatado que, al menos en las personas de las que conozco suficientemente su trayectoria, así ha sido. Y están cumpliendo sus treinta, sus treinta y cinco y sus cuarenta peor que nunca, y, además, en progresión geométrica cada año que pasa.

No hago apología de la perfección física...¡acabáramos!, pero no deja de resultar al menos "alentador" para los que vamos por la vida procurando no tocar, no rozar, no dañar...

Aquí tenéis un enlace -bastante "curioso", por cierto- que da la razón al célebre dicho "la cara es el espejo del alma":

La cara nunca miente

Puede que haya algo de cierto en ello, puede que no, pero por si acaso, seamos buenos...

6 comentarios:

  1. Si, peroooooo... La verdad, la mentira, el Bien, el Mal, la belleza, la fealdad... Todo subjetivo. Nada absoluto. Todo en los ojos del que mira...

    Incluso estas líneas son una opinión. Así es la paradoja de lo humano, que todo lo que sale del pensamiento, por muy lógico y racional que sea, es incierto.

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto... pero si al menos nos queda ese "alivio" aunque sea a nuestros ojos...

    Uyyy, ¿estaré siendo "mala" yo ahora? Voy a mirarme al espejo.

    ResponderEliminar
  3. Tuve hace tiempo una compañera que decía lo mismo, que no se fiaba de otra porque dice que tenía una sonrisa fea y forzada. Tardé en entenderlo, lo admito, pero acabé viendo (nocompartiendo totalmente) lo que ella decía.

    En cuanto a mí, no suelo tener problemas con las fotos, siempre me río... excepto en las fotos de carnet. Me resulta imposible salir dignamente, no sé qué es lo que hago mal...

    Besos!

    ResponderEliminar
  4. En plan famosa, voy con una anécdota (en exclusiva y sin cobrar, jijiji)
    En las últimas fotos de carnet me hicieron varias "tomas", como siempre salí riendo en todas... en todas? noooooo en una no (me dijo la chica cierra la boca), cuándo las fui a recoger me dieron esa, sin opción a elegir, vaya expresión más rara que tengo... seguro que cualquiera de las otras estaba mejor, cachislamarsalada, otros diez años sin poder mirar el dni, ains...
    Biquiños!!!

    ResponderEliminar
  5. Desde Mar de Plata tus entradas nos invitan a pensarnos, a reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestro otro yo, nos muestras la dualidad del ser humano, los unicornios y los carruseles, como diría Juan Carlos. Hasta la imagen de cabecera del blog se sostiene en el reflejo (además del cel violeta). Me gusta, es inspirador venir aquí a leerte :)

    Mi sonrisa no sé si es bonita o fea, si me embellece o me embrutece, pero desde luego no me gusta. Como dice A través del Espejo, todo en los ojos del que mira... En cualquier caso, prestaré más atención de ahora en adelante; siempre he querido saber más acerca de las personas por cómo gesticulan y se comportan.

    Besos :)

    ResponderEliminar
  6. De nuevo completamente de acuerdo contigo. Creo que los seres humanos por naturaleza somos seres sociales y por tanto seres comunicativos; y ese comunicar no siempre viene mediante las palabras o solamente con la palabra sino que también lo hacemos con el gesto. El gesto creo que es un lenguaje, que si bien se puede aprender a controlar es algo más escurridizo que la palabra y se muestra algo más sincero, de ahí las marcas de expresión que nos van esculpiendo en cierto modo el retrato de nuestra trayectoria vital.
    Me ha encantado esta entrada, bueno en realidad estas tres últimas entradas me han gustado mucho y me dan mucho que pensar. No sería nada raro que alguno o varias de estas entradas estén fecundando otras entradas en mi blog, pues me remueven muchas ideas.
    Es un gusto leerte, que bueno que te encontrase.

    ResponderEliminar

¿Te apetece aportar algo?