lunes, 18 de enero de 2010

Certezas

 
He dicho ya un puñado de veces lo poco que me cuesta a veces -y lo mucho que lo necesito de vez en cuando- deshacerme de cosas. Nada de momentos chof, que en esos no sacarías ni la bolsa de basura al contenedor... Mi momento lo estamos tirando, lo estamos regalando/estoy que lo tiro tiene que ser en días a poder ser sin humedad ambiental, con algo de sol -lo que dure el sol dependiendo de la latitud-, y con mucho mucho ánimo y ganas de reempezar, de volver a partir de cero (lo del ambiente meteorológico no tiene misterio, es simplemente que esos días la gente suele estar más animada y envalentonada). Días de limpieza de primavera, que se dijo siempre.

Hace un tiempo perdí algo irreparable. Uno va conociendo gente de esta manera que nos estamos conociendo vosotros y yo, y al carecer de esa mesa con papas, olivas y clarita, se aferra a otro tipo de recuerdos. Me abrí otra cuenta de correo y allí fui almacenando mails, fotos y textos. Hubiera podido guardarlo todo en una carpeta del PC, pero no sé, yo pensaba que las cosas no se perdían así como así. Como habréis deducido por mi tono dramático del principio del párrafo, al tener la cuenta guardada y apenas abrirla en mucho tiempo, llegó el día en que desempolvé esa caja de detrás del zócalo, y, reglas de correo mediante, todo había desaparecido.

Traté de no pensar demasiado en ello, de no recrearme en lo que allí había. No habíamos muerto, seguíamos en contacto, y sobre todo, estaba en paz, ya que tenía la certeza de que, si bien las cosas habían cambiado, podía almacenar ya otro tipo de recuerdos más "normales". Otras fotos, otras experiencias...
Mira que es difícil hacer clic y no pensar en algo ya nunca más. Recuerdo ahora a Isabel Sartorius, aquella chica que tan bien me cayó siempre, sí, un antiguo amor del príncipe. Se le quemó la casa, fue algo tremendo. Y ella diciendo que había perdido no sé cuántos años de su vida, ya que ardieron todas sus fotos, todas. Lamentaba lo de los muebles, la ropa... pero ay esas fotos, fotos de gente con la que no iba a poder estar ya, que, por causas parquenses o simplemente de cambios, formaban parte de su pasado, su vida, sus recuerdos.

Me sentí contenta de tener esa certeza. No lamenté más de lo necesario esa pérdida, y así, en otras épocas de tremendo positivismo, seguí eliminando, también aquello que me causaba malestar, pese a que lo había conservado precisamente para no olvidarlo y aprender de ello. Bah, fuera, eliminar, eliminar, vaciar papelera de reciclaje. Esas personas están ahi, siguen estando. No grabamos de forma material conversaciones de teléfono inolvidables, ni viajes, ni cenas, ni risas. Solamente las recordamos. Alguna foto de esas que te hace digamos sentir bien, algún correo ocurrente... o no, ni eso. No hemos muerto, seguimos aquí. Hoy es hoy, fuera, eliminar, vaciar papelera de reciclaje...

Y qué cosas, que resultó que Gaspar, aparte de la lámpara de selenita que observo en estos momentos, también me trajo un poco de desasosiego. Se tambaleó esa certeza de la que hablé antes, y me vi una de esas noches tratando de atrapar esos recuerdos, no desde mi cabeza, sino desde este medio. Debí guardar aquello... ¡ostis! ¿también lo borré?... ¿por qué eliminé eso si los historiales se guardan de forma automática? ahhh, claro, para hacer espacio, para limpiar... y ¿para qué tanto espacio? no se trata de solapar, de sustituir, ¿podrían haber convivido, no? y ¿por qué sentí que podía eliminarlo, borrarlo, hacerlo desaparecer...? ¿acaso no me instalé el disco duro viejuno en el nuevo Pc? ¿para qué tanto espacio, repito? ¿para qué tanta necesidad de tabula rasa cíclicamente? Podía haber guardado todo en una carpeta y meterla en otra subcarpeta, y ponerle un nombre raro, o esconderlo si es que no quería tenerlo delante, si creí que ya no me apetecería volver a ello otra vez, o que no necesitaría volver a ello otra vez... ¿acaso no cobran más valor las canciones, las películas, cuando el autor ha desaparecido? No eran malas canciones, ni malas películas, nada de eso, era todo suave, agradable, ¿quién me dijo que fuera a ser así siempre...? La vida es una evaluación continua.

Bueno, bueno, llego a un punto en que debo pararme... y respirar -por la nariz- hondo, varias veces, profundas. No nos hemos muerto, seguimos. Sea como sea.

9 comentarios:

  1. Yo este fin de semana he estado de limpieza de primavera. Sí, el tiempo debe influir, porque se ha visto el sol por primera vez desde hace semanas y la temperatura ha subido. He empezado con el PC y también he estado a punto de deshacerme de un buen montón de fotos de a) gente con la que ya no me relaciono en absoluto y b) en las que salgo sospechosamente mal. Vamos, que ocupan mucho más espacio que otras que ocupan lo mismo. Pero al final las dejé, no sé por qué, quizá porque en algún momento, mientras las veía una a una, recordé algunos ratos buenos.

    De todas formas, lo de las cosas es un problemón. Yo que llevo 12 años viviendo en UNA HABITACIÓN he aprendido a mantener libros en el aire, colocar impresoras sobre flexos y a sacar partido del tirador de la puerta, pero llega un momento en que, por más que cuelgue los peluches del techo y ponga un marco detrás de otro en la única estantería que tengo, el espacio irremediablemente se acaba. ¿Qué hacer? Pues por un lado, deshacerse de cosas, y por otro, como he hecho yo este año, gritar a los cuatro vientos que no quiero ya ningún regalo. Cenas, que me regalen cenas y viajes, pero nada de ropa, libros, peluches, discos, figuritas, marcos, lámparas de lava ni incensarios. Tengo de todo, oiga, como dicen en el mercadillo.

    Un besazo.

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  2. Por cierto, he echado de menos algo de música en la entrada :P

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  3. Si el resto de día avanza digamos "bien", pondré música... y cambiaré la foto :)

    Oye, me parece bien que prefieras cosas inmateriales a los objetos. Hace un tiempo cambié mi info de perfil precisamente porque me sentí así, aunque claro,lo tuyo fue más bien porque no tuviste más remedio...

    En cualquier caso ¿una cosa te llevó a la otra? me refiero, ¿sientes que vas más ligero de equipaje?

    Bueno, eso, besines :)

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  4. Creo que compartimos esa manía de la limpieza...
    De vez en cuando reviso la agenda del movil para borrar números que ya no necesito, como si ocuparan mucho espacio! y los días de sol me animo a hacer limpieza de cajones. (Vivo en 45 metros y no estoy como para acumular).
    También me pasa que a veces conservo algo: un botón que no se de dónde es, un trozo de tela que pienso que le puedo encontrar algún uso, etc., y después de años en los cajones, me decido a tirarlos. Entonces, a los pocos días, les encuentro una utilidad, no se si real o sólo producto de la culpabilidad de tirar.
    Misterios de los desvanes. Físicos y mentales.

    Besitos!

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  5. Intento seguir el "conservar algo que me ayude a recordarte sería como admitir que te puedo olvidar" de Shakespeare (que creo que ya lo dije alguna vez por aquí) pero las cosas ayudan a recordar, qué le vamos a hacer.

    ¿Más ligero de equipaje? Pues sí, a veces sólo te das cuenta de qué era eso que te hacía avanzar tan lentamente o no avanzar o incluso retroceder cuando abandonas alguna cosa en el camino. Pero por una manía que creo que tú compartes y muestras más y mejor, luego me pregunto si aprender no es en realidad encontrar la manera de avanzar a pesar de esas cosas. No sé, estoy hecho un lío ahora mismo... jaja creo que voy a empezar con la lista de teléfonos del móvil, que la tenía olvidada. Gracias también a ti, Cris.

    Besos

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  6. Gracias por pasarte por mi blog.
    Acabo de mudarme.
    Cierta conexión entre mi última enrada y esta, ¿no?

    Volveré.

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  7. Tarde o temprano terminamos perdiendo todo y lo único que diferencia eso de este instante es que tal vez ahora podemos moldear a la ilusión de distintas formas.

    Saludos,
    Alejandro.

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  8. A mí me cuesta horrores borrar cosas del ordenador; delego en Jorge y hasta entonces lo voy metiendo vídeos en vídeos, fotos en fotos, antes de eso hay un kaos en el escritorio.

    En cuanto "cosas", pues no, gracias a Law no me ha dado por guardar, tampoco es que sea de mucho comprar... pero bueno, qué estupidez por mi parte pensar que he de hablar de mí :)

    Entonces la certeza se te fue, no? Hay seguridad en las mañanas de sol y frío en las noches de invierno sin recuerdos que no puedes coger con los dedos.. imagino que será eso; pero no sé, igual lo que viene a querer decir es que sólo existe la pérdida cuando no lo puedes recuperar, no cuando no le haces caso, que es lo mismo.

    A mí me gusta mirar fotos... no sé si gustar es el verbo; pero antes lo hacía mucho... cuando creí que no habría futuro miraba una y otra vez al pasado; me parecía asombroso el modo en que se habia jodido todo... en fin

    Un apretón de manos

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  9. Majo, ¿y te has planteado, como yo lo he hecho, que algún día, todo lo que tienes en tu blog, desaparezca?
    A mi, hace un par de meses, me aterró esa idea, perder todo lo que he escrito en mi blog, que sea o no importante para mí es bastante valioso.
    Estuve preguntando por ahí si podría ocurrir algun día, y en ninguun caso me quitaron el miedo, al reves. Me confirmaban que puede ocurrir y que no podría hacer nada. Uf, esto si que me agobia. Pero he encontrado la solución...

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