viernes, 29 de enero de 2010

Tres minutos

 
Las grandes mentes son geniales, y son grandes precisamente por ser geniales, nunca al contrario. Buscando un artículo que leí en El País este verano sobre la psicología del llanto -bueno, algo así :$-,  me he encontrado este texto de un grande, Julio Cortázar, que inevitablemente me ha hecho sonreír. Me apetece compartirlo con vosotros:
  
Instrucciones para llorar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
(Historias de Cronopios y Famas)

¿Lo mejor para mí? lo de los tres minutos. Leí en un libro sobre asertividad que deberíamos dedicar  solamente media hora al día a preocuparnos, instaurar esos treinta minutos en nuestra rutina, y de algún modo programar el cerebro para dejar de estarlo las 23 horas y media restantes. No es mal plan ¿verdad? Pues eso, preocupémonos media hora... y lloremos solo tres minutos.

PD: estoooo, al menos, intentémoslo ;)

4 comentarios:

  1. Pues habrá que intentarlo, ver si esas cosas son ciertas.

    Yo creo que sí, hasta cierto punto. Te preocupas por algo, a tal hora, tal tiempo, y ya te quitas esa cosa horrenda de tirar palante sin saber qué sientes, o por qué, ni de dónde te viene... se enmarañan los sentimientos.

    Sí que hay gente que llora y parece que ríe jajaja

    espera que te busco una cosa.

    http://www.youtube.com/watch?v=c1dkTrNH92Y

    besos, ha ha ha

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  2. Cuánto me gustó encontrar a Cortázar y ese texto tan suyo (y ahora tan tuyo),tan cronopio. Escribo este comentario ahora (cuándo si no) pero leí tu entrada ayer y me hizo volver a leer alguno de mis cuentos favoritos de Cortázar, "Usted se acuesta a tu lado". Gracias por traérmelo de vuelta. Y de paso unas instrucciones tan oportunas, porque hay días que... ¿No? En fin...
    Un saludo

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  3. Yo creo que soy bulímica del llanto. Me paso meses y meses y meses sin llorar y luego doy el atracón 2-3 días seguidos.
    Tengo que revisérmelo. Sobre todo porque voy notando la edad en cómo se reflejan las secuelas del llanto en mi cara. Ya no es "me sueno los mocos y listo", a ver luego cómo se quita una las ojeras!

    Besos!

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  4. Estoy escribiendo dos comentarios a la vez. Uno en esta entrada y el otro en la última del blog de Rosa. Me ha pasado como a Daniel, leí la entrada ayer y cogí un libro. Y ahora, leyendo a Rosa, que se pregunta si alguna vez estará cómoda en algún lugar, me acuerdo de esa media hora que recomiendas dedicar a pre-ocuparnos y vuelvo para decirte que tres minutos me parecen demasiados. No para llorar, sino para lo que lloro yo. Me pasa lo que a Cris, que me tiro meses sin vaciar el lagrimal y, cuando lo hago, debe ser que se me ha evaporado la mitad, porque a penas llego al minuto y medio de sollozo.

    En cuanto al tiempo dedicado a la preocupación, voy camino de conseguirlo. Mi media está en tres cuartos.

    Por cierto, bonito sextagrama lunar :)

    Besos

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