viernes, 16 de enero de 2009

Soy un ser humano

Joseph Merrick fantaseó. Por inocencia, desconocimiento, o simplemente porque fue la primera versión que le había sido dada y no vio motivo alguno para indagar sobre su veracidad:

"La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre: ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos y, desafortunadamente, empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad"

Cuando creció y fue consciente de su diferencia, nunca escondió sus defectos ni los disfrazó, sino que fue con su asumida realidad por delante, aunque no fuera la que él hubiese preferido, obviamente:

"Mi cabeza mide ochenta y ocho centímetros de circunferencia y tengo una amplia masa carnosa en la parte de atrás, grande como un tazón. La otra parte parece, digamos, valles y montañas, todos amontonados, mientras que mi cara tiene un aspecto que nadie quisiera describir. Mi mano derecha posee casi el tamaño y la forma de una pata de elefante. El otro brazo y la otra mano no son mayores que los de un niño de diez años, y están algo deformados".

Algo que parece lógico a menudo no lo es tanto, y solemos esconder aquello que podemos y de lo que nos avergonzamos. Paradójicamente, confesamos abiertamente nuestras mayores protuberancias (disfrazadas a menudo de rarezas y peculiaridades del carácter) porque inconscientemente sabemos que es una tontería no hacerlo, siendo tan evidentes a los ojos de los demás.

Luego a todo eso mezclado, tanto a lo visible como a lo invisible, lo llamamos franqueza y transparencia.

Parece ser que David Lynch dramatiza todavía más la terrible desgracia que tuvo que soportar este hombre, y en su escena colocando delicadamente el único retrato que posee de su madre (muerta demasiado joven... como todas las madres), es imposible no llorar. Los momentos más tiernos de la película son los referidos a esta persona, la única que le había demostrado amor verdadero.

Una película realmente conmovedora.

2 comentarios:

  1. Tienes razón Majo.Siempre destacamos lo bueno, pero escondemos lo malo, en fin...
    Ya conocia la historia, pero no sabia de la película.
    Buen comentario.
    Un saludo.

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  2. Rebuenas, Juaco. No me pillaste cuando dije que los defectos más visibles en realidad los mostramos a veces como distintivo de lo claros y transparentes que somos.

    Y escondemos otros menos "cantosos", porque somos muy listos.

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