¿Es objetivo decir que un rostro es bello? Leemos en los dominicales entrevistas exhaustivas con los deportistas más triunfadores de los últimos tiempos, o con los novelistas de más éxito, y leemos cosas como: "campeón en tal y cual", o "ha vendido X ejemplares". Todas esas referencias que nos dan son, como diríamos vulgarmente, objetivas. Existen esos trofeos, esos campeonatos y ese número de ventas; podemos cuantificarlos.
También puede saberse el número exacto de películas que ha interpretado con más o menos éxito determinado actor, y aunque su valía como tal podría también ser discutida, las veces que ha sido nominado o premiado por su trabajo. De nuevo, cifras.
Pero... ¿y sobre la belleza? El estudio realizado para la revista Nature por Douglas Jones y Kim Hill (perdón, no fuí capaz de encontrarlo tal cuál y puse ese artículo de Sabadell) daba claros datos sobre la universalidad de la belleza. Sin embargo, cuando hablas y comentas entre varias personas la belleza de la famosa o famoso de moda, las opiniones y discusiones causadas serían dignas a veces del mejor debate político (ánimo, gallegos, cuatro años pasan pronto, glups).
Se suele decir que la belleza está en los ojos de quien la mira, que contra gustos no hay disputas... pero ¿acaso no existen rasgos universalmente atractivos? Armonía sería la palabra clave, me parece a mí.
Insisto en que no hablo de que nos guste determinado tipo de cara, o de que en el conjunto, una persona del montón pueda irradiar atractivo por su carisma, magnetismo o sex appeal. El encanto personal y la propia autoestima de la persona suman o restan "belleza", y ésto repercute en la impresión "subjetiva" que causa en los demás.
Hablo de un rostro formalmente bello, como el que idealizaron los griegos, por ejemplo (y cuyo máximo exponente contemporáneo pudiera ser Paul Newman).
A lo largo de la historia, se ha intentado encontrar el "equilibrio objetivo", para ello se habla también de la proporción áurea. Copio y pego algunos párrafos que me parecen interesantes (aunque todo el texto lo es):
(...) En el campo de la odontología, se ha descubierto que la dentadura va creciendo siguiendo proporciones áureas, y de la misma forma lo hacen otros rasgos faciales, como la sonrisa respecto al arco dental, la distancia entre los ojos y muchas más... (...)
La relación entre la anchura del arco de la sonrisa entre el ancho de los 8 dientes centrales (los que pueden verse mientras se sonríe) es también áurea. (...) También es aúrea la relación entre la distancia entre los ojos y el ancho de los mismos.
Tom Cruise (...) posee unas proporciones áureas casi perfectas: sus ojos, boca, dientes, nariz, cabeza, están distribuidos de forma que la proporción de oro aparece constantemente. ¿Casualidad?. Hay otros famosos, como los españoles Antonio Banderas y Penélope Cruz que también poseen rostros "de oro". La belleza y Phi suelen ir de la mano.
(...)
El rostro humano puede encuadrarse en un rectángulo de oro. Si ahora dividimos el rostro trazando un segmento por encima de las cejas, obtenemos un nuevo rectángulo de oro en la parte superior, y podemos seguir indefinidamente con este proceso de forma que obtenemos una serie de puntos de intersección entre los diferentes rectángulos. Pues bien, esos puntos coinciden con los tradicionales puntos de energía usados en acupuntura para el tratamiento de enfermedades. Ahora todo parece encajar: si nosotros mismos crecemos al ritmo marcado por Phi, ¿no es lógico que encontremos más bellas las formas basadas en la proporción de oro que las que no lo están?.
Bien, todo esto viene por una "tremenda" discusión que mantuve hace un par de meses con un amigo. Le hablé de la enorme belleza que le veía yo a una conocida común. Él la consideraba "normal", y llegó a indignarse ante mi insistencia, discutiendo fervorosamente. Traté de hacerle ver (craso error, tongggggg), que podía decirse que la cara de esa chica era "objetivamente bella". Y en ese momento y situación, no tenía ningún documento delante para defender mi "teoría".
- "No existe objetividad en la belleza", concluyó él.
A mí esa afirmación no me terminó de cuadrar. Así como se sabe también que el sabor de la Cola es también uno de los que más gustan independientemente de las culturas donde se dé a probar, pienso que hay armonías faciales que suelen gustar a casi todos (y fijaos que usé "suelen" y "casi").
Me da la impresión de que somos nosotros muchas veces los que dejamos de ser objetivos, y cuando decimos que tal o cual rostro no es nada del otro mundo, quizás estemos condicionados por conocer a la persona que lo posee, y en cierto modo, eso nos condiciona.
Finalmente, le dije:
- A ver, si tuvieras que describir a esa chica, ¿dirías que es del montón?
- Bueno, es guapa, pero nada del otro mundo para mí gusto...
Una vez más, yo hablaba de la parte por el todo, y él del todo por la parte.
También puede saberse el número exacto de películas que ha interpretado con más o menos éxito determinado actor, y aunque su valía como tal podría también ser discutida, las veces que ha sido nominado o premiado por su trabajo. De nuevo, cifras.
Pero... ¿y sobre la belleza? El estudio realizado para la revista Nature por Douglas Jones y Kim Hill (perdón, no fuí capaz de encontrarlo tal cuál y puse ese artículo de Sabadell) daba claros datos sobre la universalidad de la belleza. Sin embargo, cuando hablas y comentas entre varias personas la belleza de la famosa o famoso de moda, las opiniones y discusiones causadas serían dignas a veces del mejor debate político (ánimo, gallegos, cuatro años pasan pronto, glups).
Se suele decir que la belleza está en los ojos de quien la mira, que contra gustos no hay disputas... pero ¿acaso no existen rasgos universalmente atractivos? Armonía sería la palabra clave, me parece a mí.
Insisto en que no hablo de que nos guste determinado tipo de cara, o de que en el conjunto, una persona del montón pueda irradiar atractivo por su carisma, magnetismo o sex appeal. El encanto personal y la propia autoestima de la persona suman o restan "belleza", y ésto repercute en la impresión "subjetiva" que causa en los demás.
Hablo de un rostro formalmente bello, como el que idealizaron los griegos, por ejemplo (y cuyo máximo exponente contemporáneo pudiera ser Paul Newman).
A lo largo de la historia, se ha intentado encontrar el "equilibrio objetivo", para ello se habla también de la proporción áurea. Copio y pego algunos párrafos que me parecen interesantes (aunque todo el texto lo es):
(...) En el campo de la odontología, se ha descubierto que la dentadura va creciendo siguiendo proporciones áureas, y de la misma forma lo hacen otros rasgos faciales, como la sonrisa respecto al arco dental, la distancia entre los ojos y muchas más... (...)
La relación entre la anchura del arco de la sonrisa entre el ancho de los 8 dientes centrales (los que pueden verse mientras se sonríe) es también áurea. (...) También es aúrea la relación entre la distancia entre los ojos y el ancho de los mismos.
Tom Cruise (...) posee unas proporciones áureas casi perfectas: sus ojos, boca, dientes, nariz, cabeza, están distribuidos de forma que la proporción de oro aparece constantemente. ¿Casualidad?. Hay otros famosos, como los españoles Antonio Banderas y Penélope Cruz que también poseen rostros "de oro". La belleza y Phi suelen ir de la mano.
(...)
El rostro humano puede encuadrarse en un rectángulo de oro. Si ahora dividimos el rostro trazando un segmento por encima de las cejas, obtenemos un nuevo rectángulo de oro en la parte superior, y podemos seguir indefinidamente con este proceso de forma que obtenemos una serie de puntos de intersección entre los diferentes rectángulos. Pues bien, esos puntos coinciden con los tradicionales puntos de energía usados en acupuntura para el tratamiento de enfermedades. Ahora todo parece encajar: si nosotros mismos crecemos al ritmo marcado por Phi, ¿no es lógico que encontremos más bellas las formas basadas en la proporción de oro que las que no lo están?.
Bien, todo esto viene por una "tremenda" discusión que mantuve hace un par de meses con un amigo. Le hablé de la enorme belleza que le veía yo a una conocida común. Él la consideraba "normal", y llegó a indignarse ante mi insistencia, discutiendo fervorosamente. Traté de hacerle ver (craso error, tongggggg), que podía decirse que la cara de esa chica era "objetivamente bella". Y en ese momento y situación, no tenía ningún documento delante para defender mi "teoría".
- "No existe objetividad en la belleza", concluyó él.
A mí esa afirmación no me terminó de cuadrar. Así como se sabe también que el sabor de la Cola es también uno de los que más gustan independientemente de las culturas donde se dé a probar, pienso que hay armonías faciales que suelen gustar a casi todos (y fijaos que usé "suelen" y "casi").
Me da la impresión de que somos nosotros muchas veces los que dejamos de ser objetivos, y cuando decimos que tal o cual rostro no es nada del otro mundo, quizás estemos condicionados por conocer a la persona que lo posee, y en cierto modo, eso nos condiciona.
Finalmente, le dije:
- A ver, si tuvieras que describir a esa chica, ¿dirías que es del montón?
- Bueno, es guapa, pero nada del otro mundo para mí gusto...
Una vez más, yo hablaba de la parte por el todo, y él del todo por la parte.
Tu imagen, antes de que te soplaran, a mí me parecía tremendamente hermosa, y me transmitía, además de eso, tranquilidad; sin conocerte de ná, ni haber leído una palabra tuya.
ResponderEliminarCon lo que, evidentemente, hay unos patrones, hay la armonía, la geometría; y luego está claro que...
¡¡¡Mira, eso que escribía Gloria Fuertes!!
"Volví afectos mis defectos y me puieron guapa tus ojos".
Así que, también es verdad que con el trato, a Jude Law gracias, perdemos la objetividad, pero es que la vida no es nada objetiva.
Hoy subí en el ascensor al curro con una mujer y sus complementos que se cree viva y yo la veo muerta.
Todo es un punto de vista, luego.
Besos pomposos ;)
Estoy con AntWaters en lo de tu foto. La primera vez que te vi pensé: "mira qué tía más maja" (luego lo confirmé, claro). Supongo que te habrán llamado guapa muchas veces, porque siendo mínimamente atractiva, las expresiones simpáticas atraen mucho más que otra cosa. Al menos a mí.
ResponderEliminarSobre los rasgos de la belleza no sé qué decirte. Por lógica, la simetría y el equilibrio deberían ser buenos, pero entonces Julia Roberts o Lucy Liu serían feas. Además, hay defectos encantadores, como las paletas separadas de Madonna. Y el ejemplo que has puesto de Antonio Banderas, yo no le encuentro el más mínimo atractivo. Prefiero a Jared Leto, por ejemplo.
La belleza no se si será objetiva, pero da igual, porque está demasiado unida a aspectos subjetivos (estética, simpatía, etc.), y yo nunca le pareceré guapa al ex de mi hermana porque le caigo como el culo. Y mira que soy mona.....
En fin, hoy tengo la tontería subida. Voy cortando. Besos.
Hola a los dos. En primer lugar, ¡¡¡yo no soy la de la foto!!! (es bromita, sé que habláis del anterior avatar, pero bromeo por no hablar... que será lo mejor)
ResponderEliminarClaro que mi entrada iba a se muuuucho más extensa, y de hecho tenía fotos de Gwyneth, Bellucci, Theron, Keira, Andy MacDowell... unas más favorecidas que otras, y era para tratar de ver dónde radicaba esa "objetividad" en sus rostros, algunos muy "armónicos" y otros todo lo contrario.
Sin embargo, me hubiera salido una entrada muy enrevesada, y es por ello que me centré en esa discusión en concreto, que fue la que motivó mi "investigación" posterior.
Por supuesto que belleza sin más es sólo belleza, y conocemos "guapos" que no nos dicen nada por sosainas o engreídos, y "feos" (o menos guapos) resultones y tremendamente carismáticos. Eso cae por su propio peso.
Pero yo traté de discernir que cuando se pregunta muchas veces: ¿es bello?, no estamos preguntando ¿te gusta?.
Y aprovecho para agradeceros vuestras opiniones. Hoy es un día tristón para todos.
¿Porqué tristón?. Yo sí creo en la belleza objetiva. Pero qué duda cabe que cada momento histórico, cada cultura, tiene sus propios cánones de belleza, y son aquellos por los que nos guiamos la mayoría.
ResponderEliminarAhora bien, como en todo aspecto social que se precie, la belleza objetiva engendra disidencias y estas generan guapos atípicos, de los cuales nadie se atrevería a negar su belleza.
En lo que sí hay unanimidad, al menos eso creo yo, es el gusto por la belleza y el repelús que da la fealdad. Y eso de que la belleza está en el interior, hombre, está bien para decírselo a nuestros hijos, pero no nos engañemos ¿eh?.
Luego por supuesto está el mundo real, en el que habitamos la inmensa mayoría, con nuestras narices, nuestras cejas pobladas, nuestro exceso de vello (no de bello, je,je). Y en esas andamos todos. Bueno que me paso de frenada. Sed felices pingolins.
Yo sí creo que hay una "beleza objetiva" (que no necesariamente ha de ser "científica"). Y sólo pongo un ejemplo (el de Paul Newmann también es válido) ¿quién es capaz de decir que Grace Kelly no era guapa? Otra cosa es gustar, que ahí intervienen más factores. A mí, por ejemplo, esos guapos científicamente perfectos de los que hablas (Cruise, Cruz, Banderas,...) no me atraen, pero básicamente porque a mí la imperfección me resulta mucho más atractiva.
ResponderEliminarPor cierto, es curioso como "te me adelantas", iba a escribir yo acerca de la perfección (y el porqué no me atrae) y vas y escribes esto. Dejaré pasar unos días para hacerlo, no quiero ser denunciado por plagio...
Dean, tus comentarios siempre tan "jugosos", jeje. No dejes de visitarnoooooooos (es una orden :P)
ResponderEliminarF.A: Me encantaría leerte sobre ese tema. No dejes pasar ni siquiera un rato (es otra orden)
B7s a ambos.
"tristón para todos", y me has inquietado y espero esté todo mejor; que es lo único bueno de cuando las cosas van mal... aunque menuda birria de ánimos que doy.
ResponderEliminarOhhh, yo te escribía para animarte por el camino enrevesado; ¡suena interesante!!! Y, además, yo mañana sí que me adentraré en un juego enrevesado,así no estaremos sólo, si nadie juego, si nadie lo entiende o todo el mundo pasa :)
oooye, ¿abueletes son los dientes de león? ¿Por qué? ¿Y por qué los llaman dientes de león?
besos preguntones
Holaaaaaaaaaaa Ant!!!
ResponderEliminarPor partes: tristón fue aquel día, sí, porque Rosa nos dijo "hasta luego", pero de un modo que más pareció "hasta siempre". No sé, pero a veces hay personas a las que te llegas a acostumbrar demasiado, y que dejan un vacío raro. Ella escribió aquella entrada... y pareció que todo se paraba momentáneamente. No me sentí especialmente alegre, no.
Por otra parte, sigue liándonos y enredándonos con tus acertijos y entradas rrraros, que a mí estrujarme la cabeza en según qué temas me encaaaaanta.
Aquí llamamos abuelos o "huelos" a esas florecillas, no sé por qué. Y sobre el nombre de diente de león, anduve ahorita investigando, y se llama del mismo modo en inglés, francés y holandés, toma!!
A saber...
Besos con falta de sueño.
Mmm... depende claramente de la cultura mucho más que de la biología. Nuestros cánones son muy distintos de los cánones de la belleza oriental, por ejemplo.
ResponderEliminarA mí la perfección... ni fu ni fa, mire usted. Me asusta un poco y todo.
Síps, yo también vi el hasta siempre de Rosa; pero, no sé, a mí las despedidas no me entristecen... Es decir, pienso que las cosas empiezan, las cosas acaban, da penilla, desde luego, pero seguramente volverá cuando sea tiempo de volver; y si no, pues compartimos esos tiempos, esas horas...
ResponderEliminar"Los comienzos dan miedo; los finales, tristeza", decían en una película, así que lo mejor está en el ahora, en las cosas que se intentan...
Ohhhh, Majo, deja que te llore aquí un rato... ¡¡¡El juego va camino del frascaso absoluto!!! :) :) En serio, al parecer no quedó claro que no se trata de investigar, sino de ir directamente al dueño del nicho que se quiera abrir y preguntarle... al menos en los dos primeros puntos de cada nicho... snif snif snif snif :) :)
Buahhhh :) :); pero, en fin, para saber si funciona o no, hay que probar, qué se va a jacer. Jorge se ríe.
besos de cama