Esta entrada la escribí una tarde de agosto en mi cabeza. Viví el proceso a tiempo real desde las dunas de mi playa, y me sugirió varias cosas. Observar que algo surgía de la nada, se iba formando, cambiaba de aspecto alcanzando el cénit, empezaba a diluirse y terminaba por desaparecer me pareció muy simbólico.
Por supuesto, con lo que largo :P, iba un texto acompañando a cada fotografía, que he decidido borrar -de mi cabeza y de la entrada-.
Os invito, una vez más, a ver cómo todo en la vida es un proceso, e incluso tiene un sentido.
Precioso.
ResponderEliminarSí... ¿y te has dado cuenta de que las nubes son algo informe, pero que a su vez ese sentido, depende de las formas con que las vayamos modelando...? Sí, es ese resurgir entre la nada y el todo... Y en medio, nosotros...
ResponderEliminarUn abrazo
CRISTINA
Qué mágico es el mundo. No hacen falta más palabras.
ResponderEliminarBesos.
tiene forma de tiene forma de tiene forma de... vaya, desapareció...
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