domingo, 15 de noviembre de 2009

Cicatrices

(The Reader)

Acabé a las once y media ya pasadas de verla. No sé si lloré por ella o por otras cosas, pero estoy casi segura de que ella me ayudó a poder llorar por otras cosas.

El drama alemán sigue estando demasiado latente: "no hables nunca con un alemán sobre eso", "trata de no sacar el tema", "es demasiado delicado", "duele en demasía"...

De la película me quedo con una frase, dicha por el profesor. Cómo escucha el profesor, qué difícil poder poner esa cara al escuchar...

"Lo que sentimos no es importante, no tiene ninguna importancia, porque la única cuestión es lo que hacemos. Si las personas como usted no aprenden de lo que nos pasó a las personas como yo, ¿qué puñetero sentido tiene nada?"

De lo otro, de lo que pienso que me hizo llorar, me quedo con un diálogo. Solamente tiene una dirección, casi sería mejor llamarle monólogo:

"Eso se acabó, ¿verdad?"
" ... "

Él la mira, pensando quizás en los sentimientos de hace más de veinte años, pensando que ella fue la mujer, que no habrá otra que pueda ocupar su lugar en la vida, ni aunque viviera dos, tres vidas. Pero que, aún queriendo, no es, ya no lo es.

Y entonces pienso que a veces es tarde, que demasiadas veces es tarde; que qué difícil es el vivir mientras, así como lo sacan en los metrajes de dos horas aproximadamente, en que de un plano a otro ya han transcurrido cinco, diez, quince años, como si nada.

Pero sí he llegado a una conclusión sobre las personas viendo esta película: a veces, en algunas circunstancias, lo mejor es poner tierra de por medio. Solo así puede uno llegar a valorar algo que en ocasiones piensa que tal vez le sobra o le es prescindible... o tal vez sea uno mismo el que sobre o sea prescindible a otros.

3 comentarios:

  1. Está bien, pero me gustó más Revolutionary Road.

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  2. Es sin duda la mejor película que he visto este año (Revolutionary Road no me acabó de convencer).
    Supongo que cada uno interpreta la peli según su historia, y a mí lo que me llamó la atención fue cómo iban cambiando los roles de quién llevaba el mando de la situación (él o ella).
    Muchos besos.

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  3. Mucho se descubre cuando algo se pierde, y esa es la peor de las tragedias.

    Saludos,
    Alejandro.

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