lunes, 30 de noviembre de 2009

Sinfonía para un buen hombre


Mi amigo siempre dice que partimos de direcciones contrarias; él piensa que las personas somos malas por naturaleza y la vida nos va endulzando. En cambio, yo creo que todos nacemos buenas personas y las cosas que nos rodean nos van endureciendo.

Gracias a las recomendaciones de Ana (Punto y al arte) y Cris, el pasado sábado vi La vida de los otros. Para leer una buena crítica de esta película os recomiendo pinchar el primero de los enlaces. Para disfrutar un rato de una historia profunda y suave, os recomiendo verla.

El actor principal, Ulrich Mühe, tiene una de esas miradas que hablan por sí solas, y disculpad la expresión tan socorrida, pero en este caso es así literalmente.

Entre una historia muy lograda y unas interpretaciones excelentes, Berlín se nos muestra en tonos verdes grisáceos -o grises enverdados, no sabría definirlo con exactitud-, una ciudad de skai y realite, triste al fin y al cabo. Los únicos momentos que nos devuelven a a la realidad de una vida corriente son unos niños jugando en la calle, el resto es siempre oscuro y decadente. La música nos acompaña acompasada, tranquilizadora, como diciéndonos: "eh, que esto ya está acabando..."

La mirada azul de Mühe hace atisbos de sonrisa en algunos momentos puntuales, para terminar sonriendo -que no riendo- de verdad en la última escena del film.

Sobra decir que si he escrito estas líneas es porque os la recomiendo ¿no? ;)

3 comentarios:

  1. También a mí me gustó la película; mira uno de otro modo a los carteros :P

    Nacemos buenas personas y las cosas que nos rodean nos van endureciendo; tú percepción es un tanto amable. No es que sea malo; sólo es una observación... porque, bueno, dices endureciendo... te endurece lo que te golpea... sin embargo tú dices "rodean", como si fuera posible mantenerlos fuera.. o en todo caso mereciera la pena.

    Hay mucha gente que no tiene vida; así, sin interpretación subterránea. Su vida es su trabajo y los cumpleaños y reuniones de la familia; una familia donde no le preguntan si tiene a alguien (imagina que estamos en la edad victoriana y no tenemos que batallar con nuestros genitales)... No sé si tendrá que ver con la película pero a veces me pregunto en qué punto empieza el egísmo... o qué hay detrás del respeto a la intimidad de las personas...

    El otro día hice una ligera limpieza de direcciones de messenger...en concreto uno que me di cuenta jamás devolvía el qué tal ni... Que por otro lado la comunicación.. teórica... No la comunicación, sino los medios... el móvil, el messenger, los blogs... el facebook... sólo sirven para darte cuenta de lo sólo, en realidad que estás, porque a más medios, mayor la sensación de que simplemente fulano o fulana pasa de ti y tú... bueno, ¿quién quiere sentir que va detrás de alguien mendigando palabras? A tomar por culo jajaja...

    Saaaabes, en realidad yo pienso como tú. Me refiero a que las personas que no se puede considerar buenas.. en su día pusieron todo su empeño en hacer las cosas como se supone debían hacerla y las jodieron, o igual ni tuvieron jamás una oportunidad, o su salida al mundo fue tan brutal que ya no quieren salir a él, o sienten que no podrán o qué sé yo, esto ya se hace más largo de lo que dicta el sentido común, que por otro lado tú respetas

    Un beso, solitario y con prisas

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  2. Me alegro de que te gustara... He estado leyendo la crítica de Ana y estoy de acuerdo con todo.
    Para mí, es una película imprescindible.

    Besos.

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  3. Ant, desde ayer al mediodía que leí tu comentario no paré de darle vueltas a la cabeza... :(.

    Escribí durante un rato, borré un tercio, suavicé cuarto y mitad, rumié, repensé y decidí no mostrarlo (espero no hacerlo tampoco en el futuro :P).

    Y recordé este dibujo que tengo por ahí guardado.

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