domingo, 13 de diciembre de 2009

Sencillez


 
No sé por dónde empezar este tocho, así que lo haré desde el principio, o al menos lo intentaré, aunque imagino que iré y vendré entre medias, como hago siempre.

Pensaba hace unas semanas sobre la motivación que expliqué en su día a la hora de escribir en un sitio "público". Como también he comentado por ahí, es una forma más de pasar a la posteridad, no ocupa espacio físico y uno mismo pasado un tiempo va viendo cómo evolucionó (si es que lo hizo alguna vez...).

Desde hace relativamente poco -comparando con el tiempo que llevo en esto de Internet- , visitando blogs  multitudinarios, pienso en otras cosas, aparte de la motivación o el gusto por comunicar, compartir o expresarse.

Leí hace unas semanas una interesantísima entrada (Aquí). Muy bien planteada, muy bien explicada, pero a mi parecer un poco ambigua. Al menos yo, leyéndola, no fui capaz de distinguir qué diferencia había muchas veces entre una columna y la otra. A veces entro en blogs que no sé si son leídos por su calidad o por su  "fama" (reconozco que el hecho de ver que a alguien lo leen cientos o miles de lectores en Feedburner  o en Reader me causa una curiosidad que termina atrayéndome a ese sitio... aunque eso no quiere decir que me termine gustando y siga leyéndolos, e igual imagino que sucederá a otros mil que entrarán y saldrán).

Hace un año o por ahí fue cuando empecé a escribir en castellano por aquí. Acostumbrada como estaba al escaso -por no decir nulo- feedback que se daba en mi blog "original", el hecho de comprobar que "me leían" me proporcionó un gran aliciente. Saberte leída por desconocidos -al ver que llegaban comentarios-  y por los cuatro gatos y un miau que conocías y te lo decían..., en definitiva, ver que provocaba el suficiente interés para que alguien que no me conocía se dejara caer por aquí a leer,  para mí supuso un paso bastante importante. Y me gustó.

A una escala infinitamente inferior, pero relacionada totalmente, me vi, al cabo de unos meses, guardando más entradas en borradores que en publicación. Se lo comenté a un amigo, y me dijo: "¿para quién escribes?". La verdad es que hasta ese momento para mí, en este refugio escondidito y no demasiado promocionado. A partir de esa época, ya dudé, y temí siempre no estar a la altura, cuando la altura misma es tan volátil y tan subjetiva, y depende de tantas circunstancias y de tantas cosas...

Un año después, uno se sorprende comparando fechas, como si la cabeza misma, sin decírselo nosotros, supiese que ya han pasado doce meses. Un año empieza cuando empieza algo, para mí es septiembre, para varios será enero, para otros será el día en que se volvió a nacer -por superar enfermedades, por sobrevivir a accidentes, por renacer después de un bajón y ser consciente en ese mismo momento, fijando esa fecha como sin querer-.

Es evidente que algunas cosas han cambiado por aquí. Al principio me entristeció, para qué engañaros, pero luego le vi el sentido positivo, porque pensé que en el momento en que una sola persona sintiera que entrar aquí de vez en cuando le había servido al menos para abstraerse y pasar un ratín agradable, a mí me seguía valiendo la pena -algo parecido a lo que nos inculcaron Dickens o Zweig y que debería ser el leitmotiv para todos los que estamos por aquí haciéndolo por gusto y no por negocio-.

Hay un blog o dos que digo que siempre me gustan, y no es cierto realmente. Sin embargo, en el conjunto de blogs que leo, son los que más me llegan. Puede que incluso en uno de ellos la autora desconozca cuánto me gustó leerla... porque nunca se lo dije. Hay blogs que empezaron gustándome y terminaron disgustándome, sin paso intermedio. No sé tampoco si me acerqué a ellos realmente porque me gustaran o porque me gustaban los comentarios que me dejaban. O si  lo hice porque me comentaban, sin más. Está todo tan condicionado a tantas cosas distintas... O fulanito nos cae bien, o es nuestro amigo, o le tenemos cariño infinito, y nos gusta saber qué cosas le gustan, con qué punto de vista las ve. Sobra decir que esto es bidireccional, dando la sensación a veces de que todo son "vueltas", "deudas" pendientes.

Algo tiene que ser realmente bueno para nosotros para aceptarlo incondicionalmente. A veces incluso leo algunos blogs sin meterme nunca en ellos, sin mostrarme, desde el silencio, y hay que ver cómo los disfruto, como el que asiste a una clase magistral individual de cualquier materia: historia, literatura, cine, filosofía de vida... Pienso que, si me meto (comento) en ese reducto tan íntimo y poco transitado, ya dejará de ser lo mismo para mí, y los conservo en mi lector de feed o en marcadores, como tesoritos que prefiero no compartir con nadie, no me los vayan a robar -tremenda memez, pero mi memez, al fin y al cabo-, aunque luego algunos sí los termine compartiendo.

De vez en cuando me  llevo alguna sorpresa tremendamente agradable, más todavía cuando no veo los botoncitos de compartir, o el dibujito con el número de lectores, o lo de vótame en tal sitio, menéame en tal otro... Imagino a esas personas escribiendo esos textos tan edificantes -no encontré otro adjetivo para lo que quería expresar-, contando con la única herramienta de sus escritos, sus dibujos, sus loquesea, sin guardar a veces las justificaciones de texto, sin haberse molestado -ni preocupado- en meterse en temas de diseño (algo que me tuvo a mí varios meses mareada y llegó a hacérseme monotema :$). Y entonces aterrizas mediante el chasquido de dedos típico, como si volvieras de un viaje interior, o incluso de un limbo lleno de tontería (mi caso), y recuerdas que escribes porque te gusta a ti. Y no tienes por qué guardar textos en borradores por si no gustan, por si te desnudas demasiado en ellos, por si esto, por si lo otro, ni dejar pasar  varios días entre una entrada y otra si es que de verdad te apetece escribir más.

En el momento en que dudamos ante algo que hemos escrito porque quisimos hacerlo, pienso en cuál es nuestro miedo, a quién tememos defraudar, si al fin y al cabo a quien no deberíamos hacerlo es a nosotros mismos.

Bienvenida la sencillez del primer día en que nace un blog.

10 comentarios:

  1. Interesante entrada.

    Claro que cambian las cosas cuando sabes que te leen a cuando las escribes en tu diario para ti misma. Un blog leído es comunicación, y si encima te comentan es comunicación bidireccional, es relación, es una de las funciones humanas básicas.
    Y comunicarse, expresarse de verdad, libremente, es algo que no se puede hacer más que en tu propio espacio.

    Besos...

    ResponderEliminar
  2. Hola Majo,
    Quería decirte que soy una de esas que te leen y que, al igual que tu, prefiero leerte y no meterme en tu intimidad.
    Y en esta ocasión me salto este absurdo apuro y te escribo para decirte que me encanta la sencillez de tu blog, Que estoy de acuerdo contigo en que lo mejor de escribir en tu propio blog es que a una le gusta y es precisamente lo que me ocurre a mi. Parece que cuando escribo alguna entrada es como si mis pensamientos se aclararan, y los viera más claro todo. Supongo que me entiendes, ¿a que sienta bien verdad?
    Bueno, pues nada, un placer ser seguidora tuya y por favor nunca lo dejes.
    Por cierto, una preguntilla, cómo conseguiste el diseño de tu blog, es precioso.

    ResponderEliminar
  3. Hola a las dos,

    Está claro en que la comunicación es lo que nos hace seguir adelante, y ya no hablo de Blogs. Si los humanos no lo hiciéramos viviríamos en islas...

    El problema es cuando dudas "por si", a mí me pasó como comenté, pese a tener pocas visitas, aunque al final me he dado cuenta de que tiene que ser a mí a quien guste.

    A otra gente con mucha más "repercusión" le pasa algo parecido, y en uno de esos blogs se generó un interesante debate sobre ello.

    Lo que son las cosas, que el día que leí esa entrada, tenía a punto una como esta, pero más en plan victimista. Recapacité y vi tremenda chorrada. Las personas queremos formar parte de grupos, eso es innato, pero en el mundo Blog eso es absurdo. Creo que al final, todos leemos lo que nos gusta, y el modo casual de encontrarlo a veces, como dije, nos hace llevarnos una sorpresa.

    Imagina, millones de blogs en el mundo, y buscando tal cosa encuentras uno, que lees y no podrías dejar nunca de hacerlo, te engancha. Me importa muy poco que esa persona comente o deje de comentar, y mucho menos veo lógico lo que me dijo alguien estos días por mail al respecto de esta entrada: "no te comentan porque tú no lo haces". :O

    Respeto esa opinión, pero si supiera que alguien me dice cosas esperando que yo se las devuelva porque sí creo que me causaría rechazo. Yo comento puntualmente, en muchos blogs que ni siquiera sigo ni tengo enlazados. No sé en la mayoría de ellos si luego el autor me ha respondido, porque no hago un seguimiento.

    Es como entrar, ver una obra que te encanta, un tema sobre el que quieres opinar o preguntar o..., y dejar tu aportación. Pero así, sin más. Puedo volver a ver si hay réplica, o no hacerlo, depende del interés que tenga para mí.

    La entrada de Desequilibrios que enlacé la encontré precisamente porque en mis días de tontería, como expliqué, y buscando la diferencia entre Feedburner y Reader, que no me cuadraba porque al parecer indican cifras distintas, leí algo que me dejó bastante pasmada e incluso triste. Era algo así como los "mandamientos para que un blog funcionara". A ver, entiendo que funcionar aquí se refiere a que atraiga lectores y se queden, porque en principio todos funcionan, mientras se siga publicando.

    Bien, uno decía algo así como: entra masivamente a comentar en todos los blogs que puedas, en plan Autobombo o Spam; métete en posts polémicos; genera interés diciendo algo que se salga de lo normal...

    Bueno, a medida que iba leyendo lo encontraba más y más triste. Era como una serie de reglas a seguir para escribir un Best-Seller, con un guión, unas pautas, unas acciones. Todo muy premeditado. Luego, anteayer me enteré de lo que era el Menéame, que lo veía por los blogs pero no sabía qué significaba. Leí esto y, ver que, una vez más no había digamos objetividad, y no dejaba de ser como un foro en que sus participantes se medían por su "karma" :S, votando o proponiendo, pues no sé...

    Quede dicho que no me parece mal que cada cual haga lo que quiera, y quién sabe si algún día me veréis con los botoncitos promocionales, que a mí todo me gusta probarlo :P, pero la esencia de mi entrada trataba sobre el placer por el placer: el de escribir, el de leer, el de gustar o no gustar por lo que cuentas, lo que dibujas, lo que explicas, y no por ser un prolífico comentarista de "hola y adiós". Sí, visitas, claro que sí, sí, comentarios, faltaría más (si me encantan), pero lo principal: que se lea algo por gusto.

    (sigo en otro comentario que esto parece una sábana y prefiero dosificarlo :))

    ResponderEliminar
  4. Pilar:

    Agradezco tus palabras, y te doy la razón -porque también me pasa- en lo de que al escribir algo se te aclara un poco más. Podría ser igual escribiendo en word y guardando (cosa que también hago a veces), pero me gusta ver qué piensan otras maneras de ser distintas a la mía.

    Respecto al diseño, te explico de forma muy muy fácil:

    La plantilla es la mínima, y simplemente cambié el ancho de columnas y añadí un fondo. Hay que tocar Html, pero no es difícil una vez tocado varias veces (guarda plantilla original por si las moscas ;)). Te digo que he aprendido a tocar todas esas cositas gracias sobre todo a tres blogs, que te enlazo aquí:

    Me lo agradecerás toda la vida

    Gema Blog

    El Escaparate de Rosa

    Ha sido en plan autodidacta y consultando como dije estas y otras páginas (pero en estas me parece que está prácticamente todo), y usando cómo no el viejo método de prueba-error-prueba-error.

    Gracias por vuestras palabras.

    ResponderEliminar
  5. Comparto muchas de tus palabras. Son tantas las posibilidades, tantas maneras de poder expresarse, que paradójicamente pareciera que nuestra contribución termina diluyéndose en el cyberespacio, no sabiendo si verdaderamente ha valido la pena, si a alguien le ha importado.

    Pero uno persiste y se aferra a lo que hace, lo comparte y a su vez es compartido. Quien luego de un intento fallido persiste es porque en el fondo cree en lo que hace, y con los blogs creo que sucede algo similar: cuando alguien regresa es porque ha encontrado algo con lo que se siente afín.

    Es una pena que a veces nos olvidemos para quién o por qué escribimos y simplemente lo hagamos como algo mecánico en un afán de sólo acumular palabras, o una decena de comentarios.


    saludos,
    Alejandro.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias por la información. Espero mejorar mi blog con estos consejos. Besitos

    ResponderEliminar
  7. Hola, Alejandro

    Eso que has dicho "cuando alguien regresa es porque ha encontrado algo con lo que se siente afín", ¿acaso no es lo mismo que sucede con las personas?.

    Al final, la elección es nuestra, y enlazando con tu última entrada, podría ser que el destino lo redondee, lo adorne y lo haga perfecto. Pero tras cada resultado o consecuencia existe siempre un por qué, y no depende solamente de nosotros, aunque sí...tú me entiendes, ¿verdad?

    Pilar, ante cualquier duda no te cortes. Tengo mi mail debajo de la cabecera del blog. Puedes contactarme allí y te explico lo que necesites.

    Besos a todos.

    ResponderEliminar
  8. La sencillez es arte, el arte de explicar tanto en tan poco.

    ResponderEliminar
  9. El día que escribas desganada y solo por rellenar, ese día deja el blog y dedícate a otra cosa. Si no es para ti, es para los demás, pero escribir debe servirte para algo. Comunicar, expresar, volcar sentimientos o sensaciones o dudas o certezas, lo que sea. Desahogarse, compartir, sorprender... todo vale, siempre que valga para algo o alguien.

    Un beso y felices fiestas (más vale tarde que nunca :P)

    ResponderEliminar

¿Te apetece aportar algo?