miércoles, 10 de diciembre de 2008

Amistat


Sin que sirva de precedente (o sí, jeje), voy a escribir esta entrada en castellano, ya que, aunque parezca contradictorio, paradójico o raroso, me expreso mucho mejor.

Leí hace poco una frase dicha por Peter Ustinov que decía así:

No creo que los amigos sean necesariamente la gente que más te gusta, son meramente la gente que estuvo allí primero.

Pues bien, esa frase me estuvo rondando por la cabeza durante unos cuantos días, ya que precisamente pensaba hace poco por qué tendemos a buscar la compañía de personas que, a su vez, buscan la de otros, formando como un dibujo de una molécula, con diversas ramificaciones tendiendo al infinito y más allá...

Yo misma me sorprendí viendo cómo tengo en mi entorno amistil personas que, si dejaran de buscarme o llamarme por teléfono pasarían al olvido por mi parte, aunque suene duro visto así. Sin embargo, yo a su vez soy persona totalmente prescindible para muchas otras que a mi sí me atraen de esta o de otra manera. Y el conjunto es un todo totalmente descompensado, con muchas frustraciones en quienes creemos que damos más de lo que recibimos y causantes de las mismas en otros, quizás sin ser demasiado conscientes de ello. Somos importantes e imprescindibles para algunos e indiferentes para otros, sin que haya una correspondencia mutua en ese sentimiento.

Por otra parte, analizando la frase "la confianza da asco", que siempre usé y siempre odié, ayer me dieron otro punto de vista completamente distinto al que yo venía interpretando.

Siempre había pensado que era una verdadera pena perder ese halo de misterio que infunde respeto a los demás hacia uno mismo. Puede que todo tenga que ver con baja autoestima, sería lo más probable, pero para mi dejar de ser alguien "atrayente" para los demás (ese atrayente dicho con pinzas, plis), y pasar a ser alguien aborrecible, todo por adquirir más confianza, me dio siempre mucha rabia.

El otro punto de vista que me dieron fue el de quedarme sólo con la parte de la confianza y obviar el asco. No está mal ese planteamiento, ya que pensando como yo se puede correr el peligro de no querer nunca profundizar en las relaciones (pienso que no es mi caso, pero...). Esa nueva interpretación de la frase incide en la necesidad de poner siempre balanzas. Ya lo hacemos cuando tenemos que elegir cualquier cosa en la vida, no es menos ocasión la de hacerlo cuando se trata de gente.

Tendríamos pues que pensar que más vale la confianza que hemos conseguido que el asco que adquiera la relación en determinados momentos.

Ya.

2 comentarios:

  1. Es curioso que el mismo tema ronde varias cabezas al mismo tiempo. Me identifico en muchas de las cosas que has plasmado. Lo de la frasecita famosa,"la confianza da asco" también tiene su parte positiva, ya que cuando hay confianza nos pueden poner (o podemos hacerlo nosotros) en su sitio a los que se están pasando de la raya con la "excusa" de ser tu amig@ y también contar con apoyos u opiniones que te ayuden a encontrar tu verdadero camino (aunque a veces, la mayoría, sus opiniones sólo sirvan para tener claro lo que no harías).
    Es interesante ver distintos puntos de vista del mismo tema. Yo, personalmente, ahora mismo, estoy en la actitud de "estoy cansada de ser yo la que siempre se interesa y sentirme menospreciada por hacerlo". Pero he pasado de preocuparme a que sean los demás los que descubran sus verdaderos sentimientos. Prefiero un VETE a tiempo que una amistad fingida.
    Ya está. Un besote.

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  2. Lo de las balanzas en la vida, día a día, como con tantos asuntos, me suena muy conocido. No sé de quién lo tomé yo, si de una hermana, o de una amiga, o de un libro. No lo recuerdo, pero es lo de menos.

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